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Las formas en las que el ser humano ha transformado su cuerpo para proyectarse es la reflexión de la exposición Híbridos. El cuerpo como imaginario, que ayer abrió en el Museo del Palacio de Bellas Artes.

La muestra, que es un trabajo en conjunto de ese recinto con el Museo Nacional de Antropología y el Musée de l'Essyée de Suiza, reúne las obras de artistas nacionales e internacionales como Francisco Toledo, Rufino Tamayo, Pablo Picasso, Marc Chagall y Francis Picabia; piezas que expresan un imaginario cultural por medio de la representación del cuerpo.

Esfinges, sirenas y centauros dan cuenta de las hibridaciones que culturalmente se han dado en torno al cuerpo humano y otras criaturas.

Híbridos. El cuerpo como imaginario está conformada por 97 piezas que incluyen diversos ejemplos de híbridos desde culturas antiguas, como la egipcia, hasta obras de arte contemporáneo; 30 obras de esa colección provienen de recintos extranjeros, como el Museo del Louvre, el Musée du quai Branly de París, el Museum of Modern Art de Nueva York; las otras 67 pertenecen a museos nacionales.

La directora del Musée de l'Essyée, Tatyana Franck, explicó que la figura del híbrido es una fuente de inspiración artística contemporánea y, por lo tanto, es una invitación a la experimentación de nuevas combinaciones que van más allá de las categorías y estilos ya establecidos, por lo que esta exposición comparte obras con esa inspiración, como las Cuatros estaciones, del taller de Giuseppe Arcimboldo, y Representación de Murciélago, pieza escultórica proveniente del Museo de Antropología.

“Con Híbridos se evoca un mundo de ideas, corporalidades y evoluciones. Y al extender los límites de lo ya establecido se trata de desestabilizarlos. Se presentan las obras en las que se entrenzan el humor, lo experimental y la insolencia. Obras que cuestionen el magnetismo de las criaturas híbridas”, expresó Tatyana Franck.

La exposición Híbridos. El cuerpo como imaginario se divide en tres secciones: Cartografía de lo vivo, Naturaleza y humanidad e Hibridaciones subersivas, explicó Miguel Fernández Félix, director del Museo de Bellas Artes.

Agregó que el concepto curatorial de la muestra está a cargo de Antonio Saborit, director del Museo Nacional de Antropología; Valentine Losseau, del Laboratorio de Antropología Social de París, y del Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, así como de Tatyana Franck y de él mismo.

Mientras que en la primera sección convergen una serie de esculturas, máscaras, títeres y objetos híbridos para representar la combinación entre lo humano, lo animal y lo vegetal; la segunda parte se enfoca a las figuras que forman parte del imaginario occidental, como sirenas, esfinges, centauros, ángeles y demonios.

La tercera parte de la exhibición articula los impulsos de diferentes artistas por subrayar la crisis de la idea del cuerpo humano a través de la formulación de distintos híbridos como los humanos-máquina, en ejemplos como Robocop (Paul Verhoeven, 1987), Ex machina (Alex Garland, 2015) y The Terminator (James Cameron, 1984).

La directora del Musée de l'Essyée de Suiza también declaró que la exposición es un homenaje al director Guillermo del Toro, ya que lo monstruoso y extraño se convierten en algo fabuloso, como el estilo cinematográfico del mexicano.

“Queremos rendir un homenaje a Guillermo del Toro, quien acaba de ganar el Oscar, ya que en su cinta más reciente, La forma del agua, se cuenta la historia de una criatura híbrida y una mujer, lo que nos enseña que los híbridos tienen mucha importancia en nuestro imaginario hoy en día”, señaló Franck.

Híbridos. El cuerpo como imaginario abrió ayer al público y se podrá ver hasta el 27 de mayo.

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