En 1993, la primera edición de la revista dedicó sus páginas a diversas investigaciones alrededor de Teotihuacan, que en esa década tuvieron un importante avance debido al rápido crecimiento de los arqueólogos, que poco a poco comenzaron a tener más presencia en instituciones como la Escuela Nacional de Antropología e Historia y otras dedicadas a la enseñanza histórica y arqueológica.

En esa primera edición se consolidó la unión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con la Editorial Raíces A.C., que desde hace 30 años (cumplidos en noviembre pasado) editan e imprimen Arqueología Mexicana, una revista dedicada al público en general con lo más reciente en investigaciones y hallazgos arqueológicos.

El número uno de la revista incluyó un texto de la reconocida investigadora Alba Guadalupe Mastache, titulado “México Antiguo. Mundo enigmático y complejo”, en el que abordó la riqueza arqueológica que dejaron las culturas previas a la conquista española.

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Arqueología Mexicana ha evolucionado y diversificado los temas que lleva a los lectores de forma bimestral, actualmente con 15 mil ejemplares por número. A 30 años de su inicio cuenta con 2 mil 500 artículos publicados escritos por más de mil 370 autores, 294 ediciones, 16 guías, ocho antologías y un banco de imágenes de más de 62 mil registros. Foto: Arqueología Mexicana
Arqueología Mexicana ha evolucionado y diversificado los temas que lleva a los lectores de forma bimestral, actualmente con 15 mil ejemplares por número. A 30 años de su inicio cuenta con 2 mil 500 artículos publicados escritos por más de mil 370 autores, 294 ediciones, 16 guías, ocho antologías y un banco de imágenes de más de 62 mil registros. Foto: Arqueología Mexicana

“México es la cuna de una de las civilizaciones más importantes del mundo. Desde hace 40 mil años se inició el largo camino de la civilización de nuestro continente, un proceso que comprende la aparición de cazadores, la domesticación de plantas y el surgimiento de culturas asombrosas que dejaron como muestra de su desarrollo las grandes ciudades del México antiguo”, escribió Mastache como introducción al número uno de la revista.

Arqueología Mexicana tiene como objetivo la difusión del nuevo conocimiento arqueológico e histórico que los investigadores del INAH revelan día con día en los salvamentos y rescates arqueológicos, interpretación de códices, restauración de vestigios y otras labores que realiza el Instituto.

A pesar del avance de los medios digitales y la crisis en los medios impresos, la publicación ha sobrevivido y ha logrado vencer embates como el de la pandemia y la reducción en ventas, explicó a EL UNIVERSAL Enrique Vela, arqueólogo y editor de la revista.

“Cuando nació la revista, en esa década se estaba discutiendo en el país qué tipo de arqueología estaban haciendo los arqueólogos, cómo darla a conocer, se necesitaba que las personas conocieran lo que se estaba haciendo, que vieran los resultados de forma accesible, así comenzó la revista”, explicó Vela.

La historiadora María Nieves y los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Enrique Vela. Foto: INAH
La historiadora María Nieves y los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Enrique Vela. Foto: INAH

Agregó que, desde los 70, las grandes obras de infraestructura permitieron que se hicieran más investigaciones arqueológicas, además que el problema del robo, saqueo y comercio ilícito de bienes arqueológicos ya era un foco rojo para el INAH, por lo que era necesario un medio para informar a las personas el valor del patrimonio arqueológico.

Con la necesidad de una publicación dirigida al público en general, el INAH decidió aliarse con la Editorial Raíces, ya que casi todos los trabajos de divulgación que hacía el Instituto en ese momento eran libros y trabajos especializados, además del poco alcance en la distribución de los ejemplares.

“El INAH no tenía esa capacidad y por eso se buscó una editorial privada, con la capacidad de distribución y de elaboración, por fortuna encontramos a María Nieves, directora de Raíces, y comenzamos a trabajar”, agregó Vela.

Dijo que en los mejores tiempos de la revista se llegaron a imprimir 40 mil ejemplares. “Los tiempos han ido cambiando e igual las formas de consumir los contenidos, pero lo que no hemos cambiado es el rigor y la seriedad de cada artículo que publicamos”, apuntó.

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Presentación del texto de la investigadora Alba Guadalupe Mastache en el primer número de la revista, en 1993. Foto: Especial
Presentación del texto de la investigadora Alba Guadalupe Mastache en el primer número de la revista, en 1993. Foto: Especial

Desde su inicio, la revista se sostiene mayormente por el número de ventas y la gestión de la Editorial Raíces. Sin embargo, el INAH evalúa y aprueba los contenidos.

Con 2 mil 500 artículos publicados escritos por más de mil 370 autores, 294 ediciones (183 números y 111 especiales); 16 guías, ocho antologías, un banco de imágenes con más de 62 mil registros y un estimado de 15 millones de lectores, Arqueología Mexicana se publica bimestralmente e imprime 15 mil ejemplares por número.

María Nieves, historiadora y directora de la revista y la editorial, relató en entrevista que los contenidos de la publicación han evolucionado con el tiempo, ya que las investigaciones avanzan y siempre hay nuevos aportes que difundir.

“La revista se conforma por publicaciones vivas, es el lector es el juez que la compra o no; claro que hemos evolucionado, los temas van variando; tenemos un comité conformado por expertos de diferentes disciplinas y de diferentes instituciones que decide y revisa los contenidos a publicar” explicó Nieves.

En Arqueología Mexicana han publicado investigadores reconocidos mundialmente como Eduardo Matos Moctezuma, Linda Manzanilla, Miguel León-Portilla, Alfredo López Austin y Leonardo López Luján.

“La revista no está dirigida a arqueólogos a pesar de que grandes investigadores escriben en ella, sino al gran público, aunque grandes autores participan en ella, es la labor editorial, las imágenes y el trabajo de edición la que la vuelve accesible para todo público, ese es nuestro reto”, agregó Nieves.

Con el paso del tiempo, la revista abrió sus páginas a diversos temas derivados de la arqueología, lo que la convirtió en una publicación multidisciplinar. “Se busca una diversidad para atraer a un público mayor, que no sólo sean los arqueólogos. En los inicios comenzamos con los grandes sitios arqueológicos, las regiones culturales, y luego pasamos a otros temas como la religión, gastronomía, textiles, arte, indumentaria, animales, eso nos dio una riqueza muy grande”.

Nieves recalcó que la revista se sostiene en gran medida por el número de ventas en su formato impreso, sin embargo, ya se encuentran elaborando un plan para integrar sus contenidos a lo digital.

“Tenemos digitalizados la mayoría de las revistas y se pueden consultar en nuestra página web, estamos poco a poco probando en redes sociales, tenemos que renovarnos en esa parte y en integrar a un equipo de jóvenes que hagan contenidos actuales y versátiles para difundir las investigaciones”, dijo Nieves.

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Y apuntó que su prioridad es no reducir la calidad de los artículos publicados en cada número. “Estamos enfocados en que la calidad de la revista no baje, y en que la calidad de cualquier plataforma digital sea igual de profesional que la revista”.

Para el arqueólogo Matos Moctezuma, la revista cumple con la función de difundir la historia y la memoria de la arqueología del país.

“Todo lo que en ella se escribe está hecho por especialistas, pero de forma accesible para el público; la considero una revista de divulgación muy importante, ha estado presente desde hace 30 años y ha hecho una labor fundamental”, expresó Matos Moctezuma.

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