La reconstrucción tras una catástrofe no necesita "caridad sino calidad profesional" para dirigir los recursos a las necesidades de corto y largo plazo, dijo hoy el arquitecto chileno Alejandro Aravena.

Al dictar la ponencia "Cómo construir y reconstruir cuando la tierra tiembla" , en el festival Ciudad de las Ideas de la ciudad mexicana de Puebla, Aravena apuntó que México puede revertir errores y garantizar espacios seguros tras los sismos de septiembre.

"En México tienen esta oportunidad. El poder (identificar) estos servicios básicos y aislarlos sísmicamente como si nunca hubiera temblado", apuntó Aravena sobre escuelas y hospitales dañados por los terremotos del 7 y 19 de septiembre que dejaron 471 muertos.

El arquitecto destacó que para que las víctimas de los terremotos en México no sean "muertes en vano", las autoridades y la sociedad deben tomar la lección y hacer una reconstrucción con vistas al futuro y a posibles movimientos telúricos.

La clave de la reconstrucción está en la creación de un sistema abierto que permita resolver las necesidades básicas en un primer momento pero con vistas al futuro, explicó.

"No tiene ningún sentido volver a reponer aquello que falló sino haces en este momento el salto de transferencia tecnológica" declaró Aravena durante su ponencia y un encuentro posterior con los medios.

El arquitecto chileno afirmó que el objetivo de la reconstrucción es lograr lo que los ingenieros llaman la "servicialidad" de las estructuras, que en otras palabras significa que estén utilizables tras una catástrofe como un sismo o un tsunami.

Existen los conocimientos para hacer este tipo de estructuras a "bajo costo" y crear espacios antisísmicos reforzados desde la base para salvar vidas además de abrir la posibilidad de usarlas como refugios temporales, indicó.

Aravena, ganador del Premio Pritzker 2016 , considerado el "nobel de la arquitectura, aseguró que para la reconstrucción se debe dejarse de lado la nostalgia.

"La reconstrucción no tiene que ser un proceso nostálgico, tenemos más materiales que lo pueden cumplir; en vez de tener una nostalgia de materiales hay que conservar un cierto estándar espacial", declaró.

Aravena dijo que la clave para la reconstrucción está en la coordinación de todos los involucrados y que el mayor peso recae en el Estado, que es el más aporta en este tipo de situaciones, aunque se debe escuchar a la sociedad y abrir espacio a la iniciativa privada.

En su opinión, la falta de recursos no es un problema siempre que se haya formulado una estrategia que permita sustituirla y construir con vistas al futuro de una manera ordenada.

"Hagamos diseños que con el tiempo permitan suplir aquello para lo que hoy no hay dinero" enfatizó al poner como ejemplo la respuesta de Chile ante una catástrofe sísmica.

Con un presupuesto de 7 mil dólares por vivienda, Aravena aplicó en su país un proyecto que derivó en lo que hoy es la iniciativa "Elemental" que favorece la construcción viviendas sociales de muy bajo costo.

Así, en un plazo no mayor a un año, el arquitecto construyó viviendas de 30 a 40 metros, agrupados en vecindades de no más de 25 familias.

Si el presupuesto es escaso, la idea es construir 'media casa grande' en lugar de una casa pequeña y apostar a la capacidad familiar de hacer mejores sucesivas; en "lugar de pensarlo como una casa pequeña pensarlo como la mitad de una casa buena" señaló.

Esta ida de viviendas "expandibles" para personas de bajos recursos es lo más novedoso del trabajo de Aravena, que hasta la fecha ha realizado más de 2 mil 500 viviendas de este tipo.

rad

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