AMLO dio a conocer el viernes pasado cuatro proyectos estratégicos para el rescate del sector energético. Los tres primeros se refieren al sector petrolero y tienen el objetivo de dejar de importar gasolina del extranjero en tres años. Son los siguientes: 1. Aumentar la producción de petróleo crudo en 600 mil barriles diarios más para revertir la caída en la producción; 2. La construcción de una refinería nueva en el puerto de Dos Bocas, Tabasco; 3. La rehabilitación de las seis existentes. El cuarto proyecto corresponde al sector eléctrico y plantea no cerrar más plantas de la Comisión Federal de Electricidad y modernizar las hidroeléctricas, presas y embalses existentes para producir más energía eléctrica. Todo esto implicará una inversión adicional a la existente por 175 mil millones de pesos para el próximo año.

Está por verse de dónde saldrá ese dinero aunque debe suponerse que será de los recursos que se recuperen del combate a la corrupción y del plan de austeridad que ha anunciado para el gobierno. Ya se verá cómo viene el fondeo desde el presupuesto del año entrante.

Por lo pronto es pertinente preguntarse si ese es el camino después de tanto años que se nos ha hablado de una caída dramática de nuestra capacidad de producción, de la necesidad de abrirnos —como ya se hizo con la Reforma Energética— a la inversión privada nacional y extranjera, y de que, por razones de costos, es más barato importar gasolina que refinarla aquí, además del argumento técnico de que la mayoría de nuestra reservas petrolíferas son de crudos pesados y nuestras refinerías fueron hechas para procesar crudos ligeros como el que por borbotones se extraía del megayacimiento en declive de la Sonda de Campeche.

Hace 15 años, en efecto, alcanzamos un pico de producción de 3.2 millones de barriles diarios. Hoy estamos en un millón 900 mil barriles diarios. Nuestra producción de petróleo ha caído en ese lapso un poco más de un millón 300 mil barriles diarios. AMLO propone recuperar casi la mitad de esa producción caída.

De cualquier manera, lo que hoy produce Pemex, calculado en dólares, es de una riqueza impresionante. Si el barril del crudo mexicano cotiza en 65 dólares, hablamos de 123 millones 500 mil dólares diarios, esto es, 45 mil millones de dólares al año. Aun en declive productivo, Pemex sigue produciendo 79 mil 167 barriles de crudo cada hora o, dicho de otra forma, tres mil 299 barriles cada minuto.

Queda la percepción de que con la Reforma Energética ya está en manos privadas la extracción de nuestro petróleo. No es así. Si bien es cierto que la Comisión Nacional de Hidrocarburos realizó en cuatro años 14 licitaciones y otorgó más de cien licencias a 70 empresas de 18 países, Pemex produce hoy por hoy en 99.9% del petróleo. Solo tres privadas ya están produciendo: las mexicanas Diavaz Offshore tres mil barriles diarios y Lifting de México (antes llamada Cotemar y dedicada a suministrar alimento a los trabajadores de las plataformas de Campeche) seis mil barriles diarios; y la canadiense Renaissance Oil Corp cuatro mil barriles diarios. Esto quiere decir que esas tres empresas extraen cada día lo que Pemex produce cada cuatro minutos.

En cuanto a las refinerías, la situación es lamentable. No obstante que fueron reconfiguradas, las de Madero y Minatitlán están cerradas, mientras que las de Salamanca, Cadereyta, Tula y Salina Cruz operan a menos del 30 por ciento de su capacidad, mientras que el país importa 70 por ciento de las gasolinas que consume.

El abandono de las refinerías, más allá de costos y rentabilidades, es parte de una decisión de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto de darle salida a la sobreproducción alcanzada por Estados Unidos con la explotación del llamado shale gas o lutitas. En cuanto al argumento de que la mayoría de nuestro crudo es pesado y nuestras refinerías no están en condiciones de procesarlo, baste saber que el ya existente proyecto para la nueva refinería de Dos Bocas, donde según pudimos indagar hay capital alemán, se ofrece la tecnología necesaria para procesar de manera rentable ese petróleo pesado.

Esto último, por lo demás, sugiere que el proyecto de AMLO no está cerrado a la inversión privada.

INSTANTÁNEAS: 1. REUNIÓN. Por cierto que empresarios petroleros mexicanos hoy se reunirán con Octavio Romero Oropeza, propuesto por López Obrador como director de Pemex. Ven con buenos ojos que se privilegie a capitales mexicanos. Y no es para menos. Unas 50 mil empresas del país operan en torno al sector energético nacional.

2. ¿PRIMORES? Tanto se ha ensuciado la elección de la presidencia municipal de Ciudad Júarez, Chihuahua, que ahora se percibe una alianza de facto entre Morena y el PRI, para darle la vuelta a la impugnación presentada por Armando Cabada Alvídrez, actual alcalde y quien contendiera como candidato independiente. Cabada y sus seguidores aseguran que el ganador de la elección, el ex priista y ahora morenista Javier González Mocken es el brazo con el que el ex gobernador prófugo César Duarte pretende mantener control político en el estado.

3. CURA GRATUITA. Una buena noticia es que ya se dispone de fármacos para la cura de la hepatitis C. Pero mejor noticia es que el Seguro Popular, que dirige Antonio Chemor Ruiz, amplió cobertura y tratamientos gratuitos a los millones de mexicanos que la padecen.

rrodriguezangular@hotmail.com @RaulRodriguezC raulrodriguezcortes.com.mx

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