La estrategia que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, anunció contra la inseguridad, podría dar los resultados que por tantos años ha esperado la ciudadanía y por lo cual, en buena medida, ésta votó por él el pasado primero de julio.

A reserva de que afine los detalles y los dé a conocer en su momento, la división del territorio nacional en 265 regiones, vista en perspectiva, parece ser el despliegue más alentador contra la criminalidad, uno de los problemas más lacerantes que sufre la gente.

El miedo que genera la delincuencia, alcanza ya el 90%; en Ecatepec subió a 96%, según indicadores difundidos recientemente. Con esas estadísticas, la solución a la compleja problemática nacional que deberá enfrentar López Obrador, sólo puede empezar por regresar a la población algo de la tranquilidad que le fue arrebatada de larga data.

La regionalización nacional para el restablecimiento de la seguridad, que apoyan varios gobiernos estatales y de la cual algunos otros se ufanan de estar implementado, apunta a tomar las características que le han faltado. Por ejemplo:

En todo el país estarán diseminadas las fuerzas que constituyen el Ejército, la Marina y la Policía Federal, que seguro serán apoyadas por los cuerpos de seguridad estatales.

Organizadas y dirigidas por un mando único, se harán cargo de una determinada zona geográfica que, al estar delimitada y no ser muy grande, podrá ser vigilada, controlada y ordenada o reordenada.

Celularizadas casi distrito por distrito, a la manera como está dividido México para fines político-electorales, las corporaciones de seguridad le cerrarán el paso por todos lados a los delincuentes. De ese cerco, difícilmente podrían escapar.

Al evitar la clásica “operación cucaracha”, que consiste en que, cuando los militares y los federales se hacen presentes en un punto crítico, los criminales simplemente se van a otros lugares, en una persecución que se ha prolongado por mucho tiempo.

Esta práctica ha sido recurrente porque las mismas autoridades suelen anunciar con antelación que moverán a tal o cual número de militares y policías a un legar específico para combatir el crimen organizado. Cuando llegan, éste ha desaparecido.

Nadie podría demostrarlo fehacientemente, pero si esto ocurre, es porque no pocas veces algunos funcionarios de todos los niveles están en connivencia con los cárteles. Por interés o por temor, se convierten en sus protectores. Así, el monstruo se reproduce permanentemente, por más que algunas veces algunos cabecillas sean aprehendidos.

El zoon panoptikon, ese ojo invisible que todo lo ve sin ser percibido, que el próximo presidente de la República tendrá en cada estado y por lo tanto en cada región de seguridad, estará compuesto por los coordinadores estatales que tiene designados y que, contra la voluntad de algunos gobernadores, podrán hacerlo y saberlo casi todo.

Ellos, interesados en forjar una carrera política para eventualmente ser candidatos a una gubernatura, deberán ser el oído nítido, la visión aguda y clara, el registro cabal de los hechos y el canal eficiente y oportuno que informe al presidente lo que ocurra a cada momento, incluso por encima, o en contra de un gobernador. Su lealtad y su moral, serán las claves de su trabajo.

Y si el gobernador o el coordinador llegasen a ceder ante las amenazas y/o la tentación de algún ofrecimiento indebido de cualquier capo para que lo dejen operar en libertad, el propio López Obrador podría saberlo por otras vías, en el entendido de que realizará una especie de gobierno itinerante para tomar el pulso continuamente al país.

Al sumar la regulación de la marihuana y la amapola con fines lúdico-medicinales con su siembra, producción y comercialización en manos del gobierno, podría empezar a verse con esperanzas fundadas, el abatimiento de un problema que a todos agobia y atormenta.

SOTTO VOCE… Muy pronto, la SCJN resolverá sobre dos amparos pendientes —para completar los cinco requeridos—, a fin de sentar jurisprudencia para que cualquier ciudadano pueda plantar marihuana en su casa con fines recreativos. La cantidad todavía no está determinada… Excelente química, la que se dio entre el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca y el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, en su encuentro de esta semana. Se comprometieron a que sus gobiernos trabajarán de manera coordinada en distintos ámbitos para beneficio de los tamaulipecos… Con severidad y firmeza, el gobernador de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, ofreció que se castigará a quien haya defraudado con colchones de mala calidad y pagados a sobreprecio, a cientos de damnificados por las tormentas que han azota a la entidad. La investigación de esa ruindad, va directo y en principio, contra Armando Villarreal y Ernesto Echeverría, titulares de Finanzas y de Salud en el nefasto gobierno de Malova, quien vive plácidamente en San Diego, California.

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@mariobeteta

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