Será un fin de semana especial para el técnico Pedro Caixinha. No sólo enfrentar a Santos Laguna lo hace diferente, sino que el portugués preparó de manera distinta lo que sería estos días con el Cruz Azul.

De entrada, desde su salida de La Comarca Lagunera, en agosto de 2015, no ha tenido la oportunidad de regresar a Torreón, lugar en donde vivió durante tres años. De meter gol su equipo, promete no festejar o faltarle el respeto a una afición que tanto le dio.

Después de empatar con Alebrijes, en la Copa MX el martes, el estratega portugués le dio el miércoles libre a su plantel.

Pedro aprovechó ese día de asueto para asistir a las Pirámides de Teotihuacán y cargarse de vibras positivas rumbo a los próximos partidos en la Liga MX.

En Cruz Azul, tiempo es lo menos que hay. El sistema del portugués camina lentamente y eso ha sido ampliamente criticado.

Por la mente de Caixinha no pasa renunciar o hacerse a un lado; incluso, este jueves los jugadores tuvieron una reunión sin el cuerpo técnico. Decidieron cerrar filas y mostrar su apoyo total.

Djaniny Tavares ya está en la órbita de La Máquina celeste, aunque en La Noria se quejan de los más de 15 millones de dólares que Santos pudiera llegar a pedir por el caboverdiano.

Sugiero paciencia, aunque sé que es difícil. Estoy seguro que vendrán buenos momentos para Cruz Azul.

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