Nos platican que en el vestidor del León les pesan de poca manera los malos resultados que han tenido en las últimas jornadas.

Tras la derrota en Pachuca había risas, cotorreo entre los jugadores, bromas, como si nada hubiera pasado.

El técnico, Gustavo Díaz, llegó al vestuario y les dijo: “Buena muchachos, no pasa nada” a lo que varios del grupo de los mexicanos le contestaron, que no era posible que les dijera que las cosas estaban bien.

En La Fiera se ve poco compañerismo en el campo, hay jugadores que buscan la jugada importante en el partido para salvarse individualmente, pero no ven lo colectivo. Si León no califica y levanta, ya sabemos porque fue.

Fueron 2 millones de dólares los que pusieron en la mesa de Roger Federer, los organizadores del Abierto Mexicano de Tenis para que el suizo pudiera estar en nuestro país y disputar el torneo.

Roger los despreció argumentando querer una semana de descanso y bajar el ritmo de un inicio de año trepidante para él, en el que incluso volvió a ser el primero del mundo.

En estos días, Federer bien pudo estar en México, no hubo torneo en el que participó, su única aparición pública fue el martes pasado cuando obtuvo el premio Laureus en Mónaco.

Ante la lesión de Nadal en nuestro torneo, bien le pudo caer la aparición de Roger en Acapulco. Simplemente el suizo no quiso.

futbol@eluniversal.com.mx

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