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El martes 12 de febrero, la Duma, la Cámara Baja del Parlamento ruso, con 334 votos a favor y 47 en contra, aprobó un proyecto de ley para “garantizar la estabilidad del funcionamiento del segmento ruso de internet y su desconexión de la red mundial en caso de situaciones de crisis o de ataques cibernéticos”.

La iniciativa fue presentada por los senadores Andréi Klishas, Lyudmila Bókova y el diputado Andréi Lugovói en diciembre del 2018, y se desprende del Programa Nacional de Economía Digital del gobierno del presidente Vladímir Putin.

Un grupo de empresas privadas y del Estado, lideradas por Natalya Kaspersky (cofundadora de Kapersky Lab, antivirus prohibido por el gobierno de Estados Unidos), realizará las pruebas necesarias antes del primero de abril, para establecer si es posible desconectar “Runet” del resto de Internet, y confirmar si puede operar de manera independiente del resto del mundo.

Algunas de las medidas para garantizar la estabilidad de Internet en Rusia “incluyen la creación de un sistema nacional de DNS (sistema de nombres de dominio) que almacene todos los nombres de dominio y los números de IP correspondientes. Prevé la creación de un sistema nacional para enrutar el tráfico de internet, define las reglas de enrutamiento de tráfico necesarias, organiza el control sobre su observancia y crea la oportunidad de minimizar la transferencia al extranjero de los datos intercambiados entre usuarios rusos”.

Pavel Khramtsov, jefe del proyecto Netoscope (dedicado a la seguridad de la información en el espacio de dominio), afirmó que el cierre del tráfico ruso responde a la necesidad de proteger a esa nación de ataques cibernéticos y posibles boicots de los grandes servidores mundiales.

Los operadores rusos tendrán que adquirir costosos equipos para lograr redirigir el tráfico ruso de internet a puntos aprobados o controlados por Roskomnazor, el Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación en Rusia.

De acuerdo con el portal informativo Iz.ru, el gobierno del presidente Putin ha venido trabajando en esta iniciativa en respuesta a la Estrategia Nacional de Seguridad Cibernética de Estados Unidos, adoptada en septiembre de 2018.

Conviene tener presente que desde el desarrollo de las recientes elecciones presidenciales en la Unión Américana (2017), Rusia ha sido señalada como el gran centro de operaciones de los principales hackers en el mundo, y el origen de todo tipo de novedosos cibeataques.

En la estrategia cibernética de Estados Unidos se acusa a Rusia, China, Irán y Corea del Norte por emplear herramientas cibernéticas para “socavar” la economía y democracia de la Unión Americana.

Según la BBC, Rusia en realidad pretende implementar un sistema relativamente similar a China con su “Gran Cortafuegos”.

Por ello, desde hace algunos años se han venido incrementando las restricciones al uso de Internet. Plataformas como LinkedIn y Dailymotion, por ejemplo, están bloqueadas. Además está restringido el acceso a un amplio número de sitios web.

Roskomnadzor se encarga de “monitorear” las redes de mensajería, y está facultado para interrumpir e, incluso, bloquear cuentas específicas.

En el reporte “Freedom on the Net 2018”, realizado por Freedom House, Rusia es uno de los países en los que no hay libertad de expresión en la red. Sin embargo, el peor evaluado, en 2018, fue China.

La nueva guerra fría se prolonga al ciberespacio, territorio donde podrían librarse las nuevas guerras, las definitivas.

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