Juan Carlos Osorio

tiene el derecho de lamentarse, faltaba más. No poder enfrentar a Croacia con todas sus figuras debe generar cierta frustración.

El desconcierto viene cuando habla de enfrentar al “mejor once”. Dijo que “en lo personal anhelaba un juego con los mejores” y sugirió establecer contractualmente que se pueda jugar ante el mejor once del rival.

Ahí sí se nos derrapó el colombiano: el Zar de las rotaciones sugiriendo a los adversarios cómo conformar el cuadro titular. ¿Acaso no podría decir lo mismo Islandia después de que Chicharito,

Hirving Lozano y Guillermo Ochoa

, por ejemplo, no iniciaron el juego y muchos otros equipos que han sido testigos de las múltiples rotaciones por parte de Osorio?

Una cosa es que contractualmente se exija la presencia del equipo mayor con ciertos jugadores. Esto sucede actualmente: Argentina no cobra lo mismo por un partido con Lionel Messi que sin él, lo mismo Brasil con Neymar Junior o Portugal con Cristiano Ronaldo, pero de eso a criticar, cuestionar, sugerir, reclamar o señalar el mejor once inicial posible del rival, hay una grandísima diferencia, más aún viniendo de un entrenador que en más de 40 partidos no ha repetido una sola alineación.

Eso por un lado, por el otro, bien valdría la pena establecer que nuestra Selección no está para mirar por encima del hombro a nadie, si bien hemos dicho que el equipo mexicano puede competir con casi todos, también hemos de establecer que no está para despreciar a nadie.

Sirva esto para que el señor Osorio termine de clarificar quién sí y quién no para la lista final, y aunque dice no tener dudas, en 79 días puede suceder cualquier cosa...

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