Uno pensaría que cualquier futbolista en pleno año de Mundial moriría por recibir un llamado para jugar con la Selección Nacional, más aún cuando está en cierta desventaja cuando se trata de la titularidad, tomando en cuenta que el “europeo” lleva “mano” sin importar su nivel.

Resulta que Oribe Peralta y Jesús Corona no están en la convocatoria para enfrentar a Bosnia por una decisión ¿“mutua y consensuada”? Es decir, pidieron permiso para no asistir.

Si partimos que las convocatorias son como las mentadas de madre (el que no quiere no va), estamos todos bien. Pero tendría que ser algo verdaderamente importante para que los dos elementos hayan solicitado no estar, y me explico.

Ambos jugadores son suplentes cuando se convoca a los mexicanos que militan en Europa, justificada o no, la titularidad es mayormente de Chicharo, Raúl Jiménez, Lozano o Corona, y en el caso de la portería, de Guillermo Ochoa, de tal forma, no entiendo cómo es que ahora que son llamados y seguramente recibirían la titularidad, ambos deciden que por el momento pasan, que mejor “lueguito”, pues.

¿Qué no es en esta clase de partidos donde pueden ir sembrando la duda y convenciendo al entrenador que son la mejor opción para su puestos? Si se han comido la banca tres años y medio de proceso, cómo es que ahora que tienen la oportunidad llegan a una decisión “mutua y consensuada”.

Y repito, a las convocatorias va el que quiere, ningún futbolista está obligado, pero en un mundo normal, a seis meses de la Copa del Mundo, cualquier futbolista se tiraría de cabeza, no sólo por ir, sino por asistir como titular.

Ya no entiendo nada.

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