Según esto, viene lo mejor: la Liguilla. Veremos.

Por lo pronto, podemos ir recordando lo que nos dejó el semestre previo al Mundial.

Nos dejó muy claro que, en esta etapa, es más difícil vender “espejitous”. La contratación de Landon Donovan tenía pinta para ser un grandísimo fiasco. No se requería tanto para predecirlo y acertar. Lamentable contratación.

Nos seguimos en esto con el Gullit Peña. Un Cruz Azul que se ha convertido en un apostador de grandes ligas, los que en Las Vegas les llaman high rollers; es decir, gente que apuesta grandes cantidades de dinero, sólo que, a diferencia de los millonarios que juegan en los casinos, Cruz Azul nunca gana, y en esta también perdió.

Una pena por lo que atraviesa el jugador celeste, quien hoy tiene una batalla más personal que deportiva.

Nos dejó una muy buen imagen en Toluca. Un dueño serio, en combinación con un presidente honesto, un técnico trabajador y un plantel sobrio, suelen ser el combo perfecto.

Un campeón goleador inédito y un nuevo rostro en la dirección técnica, prometedor en Santos.

Nos deja un hueco en la panza con el retiro de Rafa Márquez. La Federación Mexicana tiene la obligación moral de generar una despedida, homenaje, fiesta o como quiera llamarle, pero su adiós no puede ser tan simple.

El Mundial debe recibirlo. Rafa tiene cabida en el grupo de 23 jugadores.

Nos deja muchas tonalidades en Chivas, con un semestre que mal inició y mal culminó en la parte directiva. Que a nadie se le olvide lo que hicieron con Oswaldo Alanís al inicio de campaña; tampoco debemos perder de vista que hasta hoy hay una deuda pendiente con sus jugadores. En el plano deportivo, es también contrastante, con un torneo tristísimo y el trofeo de Concacaf. Dígame si no el futbol es caprichoso y extraño.

Y de todas las bombas que se anunciaron al inicio de campaña... todas terminaron siendo de humo.

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