José María Riobóo es uno de los ingenieros más relevantes de México. Su trabajo, reflejado en muchas de las grandes obras de infraestructura de la Ciudad de México, le ha merecido premios y halagos de colegas y amigos. Uno de ellos: José Andrés de Oteyza, el ex presidente de OHL México, la constructora acusada de corrupción y de ser una de las empresas favoritas de Enrique Peña Nieto desde que era gobernador del Estado de México y luego durante su administración federal.

En 2011, de Oteyza le dedicó unas palabras en la entrega de un reconocimiento otorgado por la empresa Cemex. “Querido José María. Este reconocimiento culmina todos los otros reconocimientos que te hemos dado quienes te queremos”, dijo entonces el ex presidente de OHL México, a quien Andrés Manuel López Obrador (AMLO) exhibió en una foto 2015 “encarando” al presidente Peña.

“Miren a José Andrés de Oteyza, representante en México de la empresa española OHL, encarando a Peña Nieto, es como si le estuviese diciendo: ‘no te olvides del apoyo que te hemos dado desde la campaña, no te hagas el desentendido, nos tienes que seguir ayudando con contratos y cuidadito con rajarte’”, escribió el político tabasqueño en su cuenta de Facebook el 7 de octubre de 2015.

La relación entre Riobóo y Oteyza va más allá de la amistad. Sus empresas también han participado en algunos de los proyectos adjudicados a la firma de origen español que tanto abomina López Obrador.

Apenas unos días después del mensaje de AMLO, el 30 de noviembre, el candidato de Morena publicó en Facebook que se había reunido con Riobóo para delinear el proyecto de construir dos pistas en Santa Lucía en lugar de continuar el del nuevo aeropuerto en Texcoco.

La relación AMLO-Riobóo salió a relucir en el tercer debate presidencial. El candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, acusó al fundador de Morena de haber beneficiado al empresario con diversas adjudicaciones directas durante su gobierno en la Ciudad de México. Se trata de contratos por 170 millones de pesos, dijo Anaya en televisión nacional.

AMLO y Riobóo reconocieron los contratos, pero argumentaron que no hubo nada ilegal. La realidad es que fueron 10 obras las que la administración del tabasqueño asignó sin licitación a las empresas de Riobóo.

Además de la construcción del segundo piso del Periférico, que inicialmente costaría de 190 millones de pesos y terminó requiriendo una inversión de 5 mil millones, el empresario obtuvo contratos para diseñar y estructurar el puente Vehicular de San Antonio, el puente Vehicular Boturini, el puente Vehicular de Fray Servando, el deprimido de Avenida de la Rosa, la primera etapa de la Ciclovía y las gazas elevadas del Metrobús, de acuerdo a información a la que tuvo acceso esta columna.

Asimismo, a José María Riobóo se le asignó el proyecto del distribuidor Vial Zaragoza-Texcoco, conocido como Puente Concordia, obra solventada por el Fondo Metropolitano, con un costo de mil 43 millones de pesos.

El grupo empresarial que posee José María Riobóo está conformado por cinco empresas: Riobóo, Jorod, Consultoría Riobóo, Ingeniería Riobóo y Presforza Ingenieros.

Sin embargo, la bonanza del propietario del Grupo Riobóo en el entonces Distrito Federal no se limitó al sexenio de López Obrador, sino también al de Marcelo Ebrard, quien forma parte del equipo de campaña de AMLO, e incluso al de Miguel Ángel Mancera, integrante de la coalición México al Frente que encabeza Ricardo Anaya.

Durante la gestión de Ebrard, Grupo Riobóo obtuvo al menos cinco contratos para el desarrollo de obras públicas, entre ellos la conexión Luis Cabrera con Periférico Norte, la ampliación de la Línea 1 del Metrobús, el subtramo de la Supervía Poniente y las actualizaciones del proyecto del Periférico Arco Oriente y del proyecto Vial de Constituyentes-Reforma-Palmas.

Por si fuera poco, en 2009, también con Ebrard como gobernante en la capital, la hoy esposa de Riobóo, Yasmín Esquivel Mossa, fue nombrada magistrada de la Sala Superior del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal.

Desde ese puesto, en 2011 puso freno a un juicio de nulidad contra la construcción de la Supervía Poniente, interpuesto ese recurso judicial por vecinos afectados por el desarrollo de la carretera. La obra la construía la empresa de Riobóo.

Como jefe de gobierno, Ebrard también otorgó a José María Riobóo un predio de 14 mil 924 metros cuadrados para desarrollar un nuevo campus de la Universidad Westhill, de la cual es dueño y rector.

El colegio, fundado hace 25 años originalmente en las Lomas de Chapultepec por el empresario y su ex esposa, Pilar Talayero Tenorio, abrió entonces sus nuevas instalaciones en el predio ubicado en D García Ramos ZE-2, en la colonia Santa Fe, Cuajimalpa.

El 14 de septiembre de 2010, en la Gaceta Oficial del Distrito Federal se emitió el decreto por el cual se desincorporaron los predios denominados como ZE-1 y ZE-2 en Santa Fe, que integraban bienes del Distrito Federal para que pasaran a ser bienes de dominio particular.

José María Riobóo está tocado. Si AMLO gana la presidencia de la República tendrá que alejarse de él o se convertirá en su “Juan Armando Hinojosa” y su empresa en una suerte de “Grupo Higa”.

Twitter: @MarioMal.
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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