Aunque el presidente Enrique Peña Nieto aún puede sorprender con el destape de otro candidato que no sea José Antonio Meade, todo indica que el secretario de Hacienda dejará su cargo en los próximos días para abanderar la candidatura priísta a la Presidencia el próximo año.

Tan es así que Aurelio Nuño está listo para ser el jefe de la campaña del PRI. Su lealtad al Presidente y su experiencia en el diseño de estrategias de comunicación lo ubican como el favorito para quedarse con ese relevante encargo que, de resultar exitoso, lo catapultaría a alturas insospechadas el próximo sexenio.

Nuño y Ochoa, tras los pasos de Videgaray
Nuño y Ochoa, tras los pasos de Videgaray

Foto: Enrique Ochoa Reza y Aurelio Nuño Mayer

Hace tiempo que el actual presidente del PRI soñó con esa posibilidad y ahora está aferrado a ella. Por eso, cuando lo postularon como el posible sucesor de José Antonio González Anaya al frente de Pemex, él, personalmente, se comunicaba con los periodistas. “No hagan ruido, porque no me interesa”, decía.

El razonamiento de Ochoa Reza es el mismo que el de Aurelio Nuño: un buen trabajo en la jefatura de campaña del PRI podría convertirlos en “el nuevo” Luis Videgaray, el influyente y poderoso operador que llevó a Peña Nieto a gobernar el Estado de México y luego a Los Pinos.

Ochoa Reza no quiere verse en el espejo de Pedro Joaquín Coldwell, quien era presidente del PRI durante la campaña de Peña Nieto a la Presidencia y terminó como secretario de Energía. Él quiere llegar a ser como su mentor Luis Videgaray y ejercer en la práctica como un vicepresidente de la República, así como lo hace el actual canciller.

Nuño sabe que de ganar el PRI podría obtener una posición relevante dentro del gabinete, pero tampoco quiere perderse la oportunidad de ser el cerebro de la campaña y, de ganar, la mano derecha de Meade.

Ante el Presidente y ante quien quiera escucharlos ambos se cuelgan “medallas” que, según ellos, los posicionan como potenciales jefes de campaña. Ochoa se jacta de haber mantenido gubernaturas clave como el Estado de México, “bajarle los humos” a Ricardo Anaya y enfrentarse con AMLO; y Nuño se autoelogia por el Pacto por México, la reforma educativa y la estrategia para sortear (en un decir) en varias ocasiones las crisis de imagen y comunicación del presidente Peña.

Lo otra opción es que Nuño y Ochoa, quienes se hicieron buenos amigos precisamente durante la campaña a la presidencia de Enrique Peña Nieto, trabajen juntos en la campaña, pero están conscientes de que sólo uno brillará como el operador estrella y ninguno quiere perderse esa oportunidad.

El canciller Videgaray, por su parte, quiere seguir operando tras bambalinas decisiones relevantes, como lo ha hecho hasta ahora, y así como renunció a la posibilidad de ser candidato presidencial también lo hizo ya a la operación de la campaña del PRI.

Desde la Secretaría de Relaciones Exteriores seguirá encargándose de lidiar con Donald Trump y buscar que las negociaciones del TLCAN lleguen a buen puerto. Asimismo, tiene la encomienda de enviar señales de certidumbre y fortaleza económica de México a los mercados extranjeros, sobre todo ante el nerviosismo que generaría el hecho de que Andrés Manuel López Obrador siga al frente de las encuestas conforme se vaya acercando el día D.

No obstante, la influencia del “Doctor” Videgaray (como lo llaman, con cierto nerviosismo, Ochoa y Nuño cuando se dirigen a él) sigue y seguirá siendo enorme.

Posdata. Las declaraciones del presidente Peña sobre lo “despistados” que somos los periodistas por inferir que el “ungido” es Meade por los elogios que le echó el canciller Videgaray el miércoles son parte del mismo juego de señales encontradas del mandatario.

Confían en infraestructura. El miércoles moderé el panel Financiamiento e Infraestructura durante el Mexico Infrastructure & Sustaintability Summit 2017, en el cual participaron Sergio Forte, director de Relación con Inversionistas de Banobras; Rafael Trejo, director de Inversiones Alternativas y Análisis de Afore XXI; Santiago Ortiz, director de GBM Infraestructura, y el especialista de FOA Othón Pérez. Todos coincidieron en que, pese a los retos del exterior y la cancelación de algunos proyectos, hay liquidez e interés de empresas e inversionistas para seguir desarrollando obras en México. Según el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, el Programa Nacional de Infraestructura tiene 80% de avance con una inversión de 1.44 billones de pesos. El reto vendrá en 2018, año electoral, cuando difícilmente salen nuevos proyectos.

 

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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