Como en El Padrino, la oferta que hizo Banorte a Interacciones para fusionarse era una que nadie podía rechazar. ¿Por qué? Porque hijo y padre, respectivamente, son presidentes de dichas instituciones financieras, las cuales, tras su concentración crearán el segundo banco más grande de México en términos de activos, cartera de crédito y depósitos.

Nada mal para una de las familias más ricas de México, la de los Hank, a menudo mezclada con la política y los negocios. Particularmente para Carlos Hank Rhon , hijo del ex gobernador del Estado de México, Carlos Hank González , a quien Forbes le calcula una fortuna personal de 2 mil millones de dólares, principalmente por su influencia en el sector financiero, aunque sus negocios se extienden a la manufactura, la construcción, la energía y las concesionarias de autos de lujo.

No obstante, quien emerge como la figura principal de esa dinastía es Carlos Hank González Jr. (47), hijo de Carlos Hank Rohn , quien ya ha ocupado varios cargos relevantes dentro de su grupo Hermes y en Interacciones. Hoy es ni más ni menos que el presidente del Consejo de Administración del Grupo Financiero Banorte.

Tras la fusión anunciada el pasado miércoles, esta parte de la familia Hank (porque también está Jorge Hank Rhon , el polémico ex alcalde de Tijuana, propietario de las casas de apuesta Caliente) aumentará su poder en el sector financiero y su riqueza.

De acuerdo con Moody’s, la fusión de Banorte e Interacciones producirá un aumento en la participación accionaria de las familias González y Hank dentro de la nueva institución, al pasar del actual 10.4% a 12.6%.

El acuerdo tiene un valor de 26 mil 500 millones de pesos (unos mil 400 millones de dólares), e incluye el pago en efectivo de 13 mil 700 millones de pesos a los accionistas de Grupo Financiero Banorte, así como una emisión de acciones por 12 mil 800 millones.

El banco combinado tendrá activos totales de mil 200 billones de pesos (o 60 mil millones de dólares), y desbancará a Citibanamex del segundo lugar del sistema financiero mexicano, para colocarse sólo debajo de BBVA Bancomer.

Aunque suena lógica la consolidación de la banca en México, pues es una tendencia global, el anuncio no fue bien recibido por los inversionistas de la Bolsa Mexicana de Valores, lo cual se reflejó en el desplome de las acciones de ambos grupos.

¿Qué temen las inversionistas? La concentración del poder de la dinastía Rhon en la nueva empresa y que la oferta de Banorte por Interacciones quizá no fue la más atractiva. “El hecho de ser familiares quienes presiden los consejos de ambas instituciones podría presumir que no se negoció de forma adecuada o independiente”, comentó a esta columna un analista financiero.

La casa de bolsa de Citibanamex atribuyó la caída del precio de las acciones de Banorte a los temores sobre el gobierno corporativo, “ya que el Sr. Carlos Hank González es el presidente del consejo de administración de Banorte y su familia es la accionista controladora del banco adquirido (Interacciones). Como consecuencia, la fusión es una transacción relacionada y, como tal, es normal el mayor escrutinio del mercado”, expuso en un análisis.

El timing de la operación tampoco debería pasar desapercibido. Se hizo en vísperas del proceso electoral para elegir al nuevo presidente de México en el que las encuestas vuelven a poner a Andrés Manuel López Obrador como el puntero.

Pero bien lo advierte Moody’s en su reporte: el gigante que saldrá de la fusión entre Banorte e Interacciones será, como dicen los estadounidenses, too big to fail.

“La afirmación de las calificaciones (…) reflejan una probabilidad muy alta de que el gobierno mexicano apoyará esta institución sistémicamente importante en caso de estrés financiero severo”, expuso la calificadora.

Así que si se aprueba la fusión —que es lo más probable—, la dinastía Hank estará bien protegida contra una crisis económica o financiera y contra los posibles arrebatos de un presidente como López Obrador.

IFT, con la última palabra. Como lo anticipamos, será a principios de noviembre (entre hoy y mañana) cuando el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), encabezado por Gabriel Contreras, definirá la tarifas de interconexión que tiene pendientes, entre ellas la más importante y la que trae de cabeza al sector: la tarifa cero.

Ya hemos dicho que la decisión de permitirle a la empresa de Carlos Slim cobrar por las llamadas que terminan en su red podría darle el golpe final a Telefónica-Movistar, provocar la salida de jugadores más pequeños y poner en riesgo las inversiones que proyectó AT&T en México, lo cual, en los hechos, daría al traste con el espíritu de la reforma de telecomunicaciones que era aumentar la competencia, cobertura y calidad de los servicios, así como atraer nuevas inversiones.

El pleno del IFT tiene la última palabra. 
Twitter: @MarioMal. Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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