Casi utópico, demasiado bonito para ser cierto, un acuerdo de honor: se reparten el pastel de las gubernaturas con quien tenga más posibilidades de triunfo, el mejor o la mejor encabezan una alianza por la Presidencia y luego, voilá!: gobierno de coalición y los pactos de la Moncloa se quedan chicos en comparación.

Sí, suena demasiado bonito para ser cierto… podría serlo, sería un gran respiro para el país que ya no cree ni en su propia sombra, sería un periplo a las costas, apenas a las costas de la democracia parlamentaria, una antítesis del caudillismo, una muestra de altura de miras en la miope clase política mexicana, pero dicen que el amor dura hasta que… dura.

Los números son optimistas en teoría: juntar lo que queda del PRD, más lo que quedará del PAN después de la fractura del frente y los egos dolidos, más lo que aporta el Movimiento Ciudadano y alguna que otra organización política o no gubernamental que se vaya sumando, y así, con todo y arañando las cifras, se marcaría un escenario de arranque en tercios para el 2018: Morena, Frente y PRI.

El primer riesgo del Frente es la credibilidad ante la opinión pública, ¿de verdad podrán convencer de que no se trata de una alianza as bajo la manga del gobierno para frenar a Andrés Manuel López Obrador?, de momento, el discurso confrontativo sigue en pie y luego de la semana ciclónica en la Cámara pareciera que la batalla es, justamente, contra el PRI… pero eso se lo quedan los miembros del círculo rojo y se acabó, para la mayor parte del país ambos partidos, PAN y PRD son instituciones de baja credibilidad, menos que el PRI, pero partidos a fin de cuentas, ¿cómo harán para vender la idea de que en serio se reunieron para cambiar a México y no para arrebatarles el botín a los actuales?

El siguiente riesgo del Frente radica en los egos del perfil presidencial, ¿será que Margarita aceptaría bajarse y apoyar sólo porque sí, así, sin plan B?, ¿será que IDN y otras corrientes de izquierda perredista no terminarán fingiendo apoyo para tronar desde adentro una alianza con juegos de traición tras bambalinas?, ¿el panismo y perredismo más recalcitrante verá, en el fondo, con buenos ojos una alianza de agua y aceite?, ¿de verdad se superan los preceptos ideológicos que fundaron estas instituciones con un acuerdo sólido?, ¿qué tan sólido es el acuerdo entre las militancias y no entre los dirigentes?

Otro riesgo, el tercero del Frente, radica en las estrategias del juego externo, claramente Morena y el PRI ven una amenaza ante la alianza que trataran de destruir de todas las formas posibles, probablemente con juegos extremadamente sucios que adopten y potencialicen los riesgos anteriores.

Uno más, quizá el verdaderamente importante, de ganar, ¿cuánto duraría el amor?, porque las intrigas de Palacio, con gran frecuencia, provocan divorcios.

DE COLOFÓN.—

Morena apoya a Norcorea, es válido mientras lo digan abiertamente, pero en el extraño mensaje a medios de la diputada Valencia donde muestran su rechazo a la expulsión del embajador, ¿quién es el hombre asiático detrás?

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