Editorial Planeta acaba de sacar el vademécum del Serial-killer, del acuñador del término “Asesino en Serie”, Robert Kenneth Ressler, auxiliado por el profesor y cineasta Tom Shachtman. El título original en inglés del volumen aparecido en Ariel, Whoever fights monsters my twenty years trackin serial killers, da buena cuenta del miedo latente que producen en la sociedad moderna esos seres oscuros y extraños, que se explican con un mismo y alarmante chiste:

Un tipo le dice a otro: en la noche habrá una fiesta de disfraces, ¿por qué no vienes? Ok. Nos vemos más tarde, responde. Al llegar vestido casualmente, el amigo que lo invitó dice ¿Por qué no viniste disfrazado? Le responde: Sí vengo disfrazado. ¿De qué? De asesino en serie.

Ressler, quien murió el 15 de febrero de 2003, fue perfilador del FBI, asesor de series de tv y protagonista de trabajos fílmicos como: Perfiler, Twisted!, Born to Kill, To kill and kill again, Serial killers: the real Hannibal lecters, American justice, Murder no apparent motive, Villisca: living whit a mistery”... como investigador activo y experto en psicología forense recibió homenajes en series como The Blacklist.

En los 13 capítulos del libro, son notables como reveladoras sus conversaciones con iconos del crimen en serie, y las conclusiones para estar preparados si aparecen tipos como Edmund Kamper (quien comenzó decapitando a sus abuelos), Sirhan Sirhan (que se llevó a Bobby Kennedy al más allá y a muchos, que sin ser asesinos en serie como Charly Manson, acabó siendo jefe de una peligrosa familia en la que militaba Bobby Beausoleil y Ted Watson, que asoló Los Ángeles con asesinatos impensables como el de Sharon Tate y el matrimonio La Bianca.

Sin embargo, lo más notable por aportaciones al crimen y asesinatos organizados y desorganizados fueron los cambios bajos de palabras en las entrevistas concedidas por amos de la especialidad del asesinato en serie como Ted Bundy (que lo trató con respeto y admiración), Ed Kamper y David Berkowitz “El hijo de Sam”, quien le platicó a Ressler cómo en el curso de un año mató a seis personas en Nueva York.

Todo lo que pudo arrancarles Ressler de sus infancias violentas, se los arrancó en investigaciones amplias y rigurosa sobre qué los llevaron luego al asesinato múltiple metódico, y con fuertes connotaciones de índole sexual, en su mayoría, producto de tempranas fantasías, desgraciadamente, mal orientadas.

Por eso asesinatos desviados perpetrados por los estranguladores de Hill’s Side, movieron al investigador a otros terrenos: los de John Wayne Gacy, Bob Berdella o Gerard Scheafer.

Lo que no terminaba después del secuestro y la tortura, podía terminar en trozos de carne para los perros y así los cuerpos nunca eran encontrados.

Ressler se detiene y explica los montajes y los patrones de engaño en las escenas del crimen, para la elaboración del perfil del asesino en el libro, en donde salen ejemplos de muertes no anunciadas archivadas en el FBI y Cuántico. El detalle y las menores pistas en el caso de los asesinos en serie son esbozados, corregidos y aumentados con un tipo especial de sabiduría para combatirlos. ¿Qué sería de Robert Ressler, si la experiencia descrita en el libro para la prolífera carrera de algunos en cine o series de tv, no se debieran a su contribución para combatir las malas artes del asesinato?

pepenavar60@gmail.com

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