Si se lo perdieron el pasado miércoles, hoy en la noche es la última oportunidad de ver en el Metropólitan al asturiano de Gijón, Nacho Vegas, uno de los compositores y cantantes más inteligentes del actual rock hispano en manufacturar temas echando mano de las herramientas habituales del rock, pop, folk e indie alternativo. La propuesta actual de Nacho Vegas que retoma y hace propias las influencias de Leonard Cohen, Nick Cave, Bob Dylan, Tom Waits, Will Oldham, Townes Van Zandt y Nick Drake es lo que lo ha hecho ganar adeptos con una melódica interesante y vanguardista.

Vegas ha salido al ruedo del rocanrol con una catadura principal de folk eléctrico que no le sería extraña a, por ejemplo, Joaquín Sabina, si es que no se hubiera vuelto un cobarde a la hora del rock eléctrico. Por el contrario Vegas, con una formidable banda, le da vida y contexto a una serie de canciones que rehuye a la complacencia barata y que no le teme a la experimentación y a las historias locales de la España actual.

Su paso por grupos como Eliminator y Manta Ray han sido definitivas para lo que hoy canta y las ayudas de gente como Bunbury, también.

Bajo el brazo ha traído su nuevo plástico doble físico, Violetica, que forma parte del sustento de discográficas alternativas como Limbo Starr, Marxophone y Xixón Sound, que se agrupan digitalmente en plataformas digitales como Spotify, donde se pueden encontrar varios de sus álbumes con un despliegue de inventiva de la cotidianidad en que se mueve.

Violética (distribuido en México por Altafonte) es ahora la punta del iceberg que ha sonado y sonará una vez más hoy en el Metropólitan, con adhesión al colectivo Pan y Rosas. Sus 18 canciones divididas en dos compactos son un deleite donde letras poco convencionales se dan la mano con armonías audaces, consiguiendo un matrimonio perfecto. El disco viene con un booklete donde aparecen las letras y notas arropadas en un doble-pack de fino diseño.

Vegas se ha atrevido a electrificar a la mismísima Violeta Parra, tomando prestados los textos de “Maldigo del alto cielo” y agregando su talento para combinar música con las letras de “Corazón helado”, de Manuel y Aurelio Caxigal, y acomodó ciertos versos de Lucía Alba Martínez. La versatilidad de temas nos pone ante un cantautor de gran calibre para contar historias cotidianas cantadas a dúo (“La última atrocidad”), con Cristina Martínez, o monumentales odiseas históricas como la de “A ver la ballena” o esas maravillas que son “(Pasamos) El Negrón” e “Ideología”

Muchas canciones nuevas del Violetica, base de sus actuales conciertos merecen el oído hasta de millennials irredentos, al lado de una buena y discreta selección de sus otros discos que hay que escuchar en Sopotify, y que deparan menudas sorpresas que bien pueden remitir a ese pop hispano indie que alguna vez practicaron Los Planetas, Mastretta, y algunos matices minimalistas como los del francés Pascal Comelade.

En orden o de forma aleatoria vía Spotify resultan buenos y reconfortantes álbumes que comulgan con la realidad como Resituación (2014), La zona sucia (2013), Cajas de música difíciles de parar (2012), Los hermanos pequeños (2011), El manifiesto desastre” (2008), Canciones inexplicables (2001-2005), Desaparezca aquí o Esto no es una salida (2006) o Actos inexplicables (2001). Sería una pena perdérselo.

pepenavar60@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses