Hay que creer en lo maravilloso, decía el maestro alemán Savielly Tartakower . En el ajedrez hay sorpresas y maravillas sin límites.

Toda partida consiste en un duelo de ideas y combinaciones que suceden en los umbrales de lo imposible, por tanto, en una prueba de ingenio donde el conocimiento, la creatividad y la imaginación desempañan un rol fundamental.

Ante el tablero, el dramatismo y la belleza son manifestaciones de mundos ocultos que salen a la luz mediante estratagemas, maniobras y sacrificios. La perfección y la eficacia exigen talento, visión a profundidad e incluso fantasía.

El componente artístico resulta de la habilidad para concebir el plan de acción que lleve irrefutablemente a la victoria.

rjavier.vargas.p@gmail.com

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses