Un enorme barullo se ha levantado a propósito de la fusión de Disney-Fox, dos gigantes mundiales de producción de contenidos. En Estados Unidos se autorizó la operación desde junio del año pasado, pero dejaron fuera ciertos canales regionales deportivos de ese país. En la Unión Europea también se aprobó con condiciones, se pidió la desinversión de ciertos canales de televisión propiedad de Disney como History, H2 y Crime & Investigation.

¿Y México? Dos autoridades participan en el análisis: la Comisión Federal de Competencia Económica ya revisó los mercados de distribución de películas para su exhibición en salas de cine, el licenciamiento de música y contenidos audiovisuales para entretenimiento en el hogar en formatos físicos y digitales, entre otros, y determinó que en estos mercados no hay riesgo a la competencia. Pero la tarea ruda la lleva el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el cual debe revisar los mercados relacionados con radiodifusión y telecomunicaciones, y es ahí donde aún no hay resolución.

Hay enormes intereses por bloquear la fusión, o al menos complicarla. El ruido que se ha formado en torno al tema del futbol y el supuesto conflicto de intereses de dos asesores en esta operación Disney-Fox, me hizo remontarme al escándalo mediático de 2013, cuando inició el apagón analógico de la televisión abierta, ¿se acuerda? En ese entonces, Televisa utilizó el apagón en Tijuana para denostar al proceso que la entonces Cofetel y la SCT llevaban a cabo, y con ello lograron postergar la fecha del apagón, utilizando a legisladores y otros funcionarios públicos para ello.

En este caso, como en el del apagón analógico, también se intenta mantener el statu quo. Evitar que “otra” empresa gane poder de negociación en la venta de contenidos en las plataformas de televisión de paga, en el que Televisa tiene más de 60%, y en la compra de los derechos de transmisión de partidos de futbol, es parte de lo que hay detrás de todo este ruido.

Pagar por ver el futbol

. En efecto, en un país en el que la afición al futbol es tan grande como en México, es una pena que algunos partidos se transmitan sólo por televisión de paga. Pero esto no pasa sólo en nuestro país, ni es nuevo, de hecho Televisa inició, en 1998, las transmisiones en exclusiva de algunos partidos de futbol a través de su compañía de televisión de paga Sky. En la Liga MX 2018, casi la tercera parte de los partidos se transmitieron sólo por canales de paga y, en efecto, parte de esta situación se debe a las millonarias ofertas de Fox Sports y ESPN que han adquirido los derechos de algunos equipos —5 de 18—; situación que, por otra parte, ha permitido aumentar las inversiones en los equipos de futbol en beneficio de los aficionados. La tendencia mundial es esa, la transmisión de los partidos en TV de paga, y más aún, en el futuro cercano seguramente algunos sólo se verán en plataformas por internet (OTT), algo como lo que intentó Chivas. Finalmente el futbol es un negocio, quien paga, manda.

Futbol en medios públicos

. Una salida a la preocupación de algunos, incluido el presidente de México, pudiera consistir en que Disney-Fox ofrezca compartir, de manera gratuita, la transmisión de algunos de los partidos de futbol a través de la televisión pública (Canal 11, Canal 22, Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano y su Canal 14, etcétera). Con ello, los mexicanos podríamos ver de forma gratuita los partidos más importantes, una especie de must-offer pero al revés y con medios públicos. No veo cómo esta pudiera ser una condición que imponga el IFT (aunque sí creo que debe autorizarse con otras condiciones), pero sí algo que ofrezca el propio consorcio quien se vería beneficiado al contar con más plataformas de transmisión de los partidos.

Cuidar al Presidente

. Lo que no puedo dejar de mencionar, es mi preocupación por la información que le está llegando al presidente de México… ¿quién lo asesora? ¿Por qué le dieron información equivocada, por qué exponerse haciendo comentarios como los de la mañanera del viernes sobre este tema, por qué hablar de un conflicto de interés donde no lo hay, por qué darle recomendaciones a un órgano autónomo creado precisamente para evitar esto? ¿Por qué no aplicó, este caso, el “yo respeto” de Bora Milutinovic, a propósito de futbol?

NOTA ACLARATORIA:

Como abogada y consultora externa, en 2016 apoyé a Fox México en un asunto muy puntal ante el IFT y ese mismo año terminó mi participación con ellos. Actualmente no tengo ninguna relación con ellos ni con otra organización ni empresa relacionada.

*Presidenta de Observatel, profesora de la Universidad Iberoamericana, miembro del Comité de Participación Ciudadana del SNA. Este artículo refleja su posición personal. @soyirenelevy

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