Se denomina percepción batoscópica o percepción estereoscópica al reconocimiento visual de la profundidad del espacio, que aporta información fundamental del entorno para el ser humano. Los estudios neurológicos parecen indicar que el hemisferio derecho del cerebro está más especializado en el procesamiento de la información visual relativa a la profundidad de una escena y a las localizaciones en el espacio, mientras que en el izquierdo se alojan las sedes del habla, la escritura y la lectura. Así, el descubrimiento de la perspectiva por parte de los pintores renacentistas italianos, entre ellos el gran Leonardo da Vinci (quien además estudió cómo aplicar las leyes de esta perspectiva mezclando ilusión con realidad), han sido un factor determinante en la necesidad humana de consumir imágenes cada vez más reales.

El proceso de búsqueda de imágenes realistas no es nuevo: los griegos ya hacían representaciones a partir de una especie de trompe l’oeil, expresión francesa que significa “engañar al ojo”, hay una historia que cuenta que Zeuxis pintó unas uvas tan realistas, que los pájaros trataron de comérselas; y aunque el trompe l’oeil nunca alcanzó en la antigüedad un estatus de importancia en cuanto a técnica artística, los pintores han hecho, hasta hoy, uso constante de él para representar escenas realistas capaces de engañar al ojo humano, lo que hoy conocemos como hiperrealismo.

En el siglo XXI, la tecnología logró que el continente asiático fuera el primero en retomar la maravilla de las imágenes representadas a partir de estas técnicas, al abrir salas de museos con tecnologías que parten del trompe l’oeil, pero que a través de una aplicación de realidad aumentada, son capaces de ofrecer una experiencia sublime. Así, en 2010, Seúl, Corea del Sur, inauguró el primer museo Trick Eye en el mundo, posteriormente Busán, Jejú, Hong-Kong y Singapur abrieron sus propios recintos en los que los asistentes pueden vivir una experiencia distinta a la de los museos tradicionales.

Para suerte de los mexicanos, ahora llega a estas tierras la primera sede en Latinoamérica del museo Trick Eye, la cual cuenta con mil 800 metros cuadrados que ofrecen capacidad para recibir cerca de 3 mil personas diariamente, convirtiéndola en la más grande del mundo y en la que el juego con las dimensiones de las 95 piezas exhibidas en seis salas temáticas mezclan el arte tridimensional con la tecnología de realidad aumentada que parte de los principios del trompe l’oeil; promueve la interactividad invitando a los asistentes a acercarse, tocar y convivir con las obras y a posar con ellas para lograr increíbles fotografías activando la aplicación de realidad aumentada en sus celulares. Una vez descargada la aplicación TrickEyeAR, podremos iniciar el recorrido en el recinto ubicado al interior del Corporativo II de Antara Fashion Hall.

Es importante reconocer que el proyecto también acerca a la gente de una manera distinta con el arte, volviéndolos protagonistas de obras famosas como La noche estrellada, de Van Gogh; El grito, de Edvard Munch o la Mona Lisa, de Da Vinci. Para más información se puede consultar su sitio web: trickeye.com.

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