Una decisión muy compleja tendrán las autoridades del Estadio Azteca para el próximo sábado, cuando se juegue el Cruz Azul vs América : ¿Dónde van a colocar a las Barras ? Ya que la Sangre Azul ( Cementeros ) y La Monumental ( Águilas ), por cuestión de logística y protocolos de seguridad, suelen ser ubicadas en la parte baja, detrás de la portería norte. El problema radica en que a los porristas de La Máquina los ponen ahí desde hace siete partidos, mientras que La Monumental se coloca en ese sitio desde hace casi 20 años.

La última vez que Cruz Azul fue local contra el América , en el Azteca , fue hace más de 22 años, durante la temporada 1995-96, época en la que ni siquiera existían Barras en el futbol mexicano y la logística era mucho más sencilla que ahora.

Por un lado, el derecho a ser local le pertenece al Cruz Azul ; por el otro, el derecho de antigüedad en el territorio que argumenta La Monumental , porque —al final— el estadio sigue siendo del América , aunque lo rente a su odiado rival.

Esto puede ser un foco de violencia si no se atiende con inteligencia por parte de las autoridades, porque la logística —generalmente marcada por los protocolos de seguridad— hace que, en el Estadio Azteca , la Barra de los locales se ubique detrás de la portería norte y los visitantes, hasta en la zona más alta del inmueble, del lado de la portería sur, consiguiendo así que no se vean las caras ni en el ingreso, ni a la salida del partido.

El problema es dónde van a ubicar a cada una de las agrupaciones, cuál tiene el derecho a estar ubicada detrás de la portería norte.

Parecería un tema menor, pero no lo es. Debe existir involucramiento de ambas directivas de los clubes, del Estadio Azteca y de la alcaldía de Coyoacán, y olvidarse de los ridículos argumentos de que, si se atiende este asunto, es darle importancia a las barras, porque —de no hacerlo— el domingo podríamos estar hablando de algo que se pudo evitar.

La Liga MX , a la que le da pavor hablar de violencia, tiene la obligación moral y profesional de atender esto, y en caso de que no haya un arreglo positivo, donde ambas partes estén de acuerdo, no permitir que se juegue el partido, porque —de no hacerlo— por más operativo de seguridad que exista, puede ser una mecha corta, la cual nadie quiere que explote.

Tampoco salir con la ridiculez de que eso nada tiene que ver con el futbol y que son “pandilleros disfrazados con nuestros uniformes”, como dijo el presidente de la Liga . No, estos grupos son parte de este deporte y saben que deben ser extremadamente inteligentes para negociar el territorio detrás de la portería norte, así que no es solamente un capricho de fanáticos a un equipo de futbol, es algo con mucha profundidad, que debe ser atendido de inmediato.

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