Los escándalos extrafutbol en Rusia no solamente involucran a mexicanos.

Por lo menos en Moscú, lugar en el que llevo 12 días cubriendo la Copa del Mundo, las bestialidades son de muchos de otras nacionalidades. Sí, claro que cuando hay un mexicano involucrado, el escándalo es mayúsculo en nuestro país, como el que desapareció durante dos días por una borrachera monumental, pero Francisco Javier Mata es una mínima parte de los desmanes en Rusia.

Nadie ha dicho en nuestro país que los rusos bailaban encuerados, borrachos y drogados en las fuentes, celebrando el triunfo de su selección y el pase a octavos, como tampoco han reportado los múltiples incidentes de argentinos, quienes parecía que tenían como misión acabar con el vodka aquí y que, por a su estado etílico se les veía escalando edificios y restaurantes, para establecerse en la parte superior e iniciar sus cánticos.

También hay árabes, quienes toman las plazas y con amenazas tratan de intimidar a los paseantes, o escandalosos e imprudentes japoneses que fuman donde está prohibido y también son máquinas para beber alcohol. No son sólo mexicanos. Claro que el mal comportamiento, cuando se trata de un connacional, sale a relucir y se convierte en nota roja, y con los antecedentes de Mundiales pasados, pues aún peor.

En Rusia nunca se imaginaron que esto fuera a suceder, que los propios rusos rompieran sus reglas, como el día que se aventó uno de una farola y no se mató de milagro. Cuando lo llevaron al hospital, convulsionándose, el diagnóstico fue, además del fuerte golpe, una alta dosis de alcohol y estupefacientes en sus venas.

Las calles se inundan de gente, es incontrolable en ciertos momentos del día. Según las autoridades, hay desabasto de cerveza en la ciudad; también de comida; nunca imaginaron lo que resultaría un Mundial, en cuanto a consumo de cientos de miles que han llegado. Se estima que hay 80 mil peruanos, 40 mil mexicanos, 50 mil colombianos, por mencionar a algunos. Los Mundiales son para aficionados ricos; las eliminatorias, para aficionados al futbol. La mayoría que está aquí, es más similar a Chava Iglesias que a los verdaderos aficionados.

Lo que quiero dejar claro es que los de pésimo comportamiento no son solamente mexicanos. Esto es un descontrol ocasionado por el relajamiento de la policía, que no entendió que debía cerrar ciertas calles y ya ocasionó un atropellamiento masivo de personas. Ese no era mexicano.

O bien, que haya una red de prostitución escondida y todos la han descubierto por medio del Tinder. Eso no es de mexicanos; bueno, tal vez algunos la han ocupado.

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