Por más buena calidad, tecnología de punta y porque sea el estadio más moderno del mundo, la Selección Nacional no debería aceptar jugar un partido en pasto artificial antes de enfrentar una competencia oficial como lo es la Copa Oro .

El resultado contra Venezuela es lo de menos, un equipo que se ha plagado de lesiones no debe poner en riesgo nunca a sus futbolistas aceptando un partido en una cancha como la del “magnífico” estadio de Atlanta.

Esta nueva cara del equipo mexicano puede alegrar en los próximos compromisos si hay un mayor involucramiento de Rodolfo Pizarro, quien es otro que jugó la pasada Copa Oro, cuando era futbolista de Chivas ; mayor descaro de Roberto Alvarado y puntería acertada de Raúl Jiménez, aunque la lesión de Edson Álvarez es un foco rojo si es que no está listo, porque ni Diego Reyes ni Jonathan dos Santos tienen la calidad del todavía jugador del América.

Como es una costumbre en este torneo, la Concacaf pide una lista preliminar de 40 jugadores y Martino solamente dio una de 29, sin pensar en los inconvenientes por lesión. Ahora, esta situación podría jugarle en contra, al no tener registrados a otros futbolistas de los cuales podría echar mano, a no ser que México tenga una negociación especial con Concacaf para ampliar esta nómina inicial para cubrir posiciones claves como las que ahora se ven disminuidas por las lesiones.

Entre lo bueno, que el trabajo que ha realizado Gerardo Martino se ha reflejado en la cancha. Se trata de un futbol práctico, pero bien trabajado, sin tanta labia que embelesa a los propios futbolistas, a quienes ahora no les ha costado trabajo entender al entrenador nacional y lo han reflejado así en la cancha, a pesar de las bajas y ausencias a las cuales la afición ya tendrá que acostumbrarse, porque de seguir estos jóvenes con resulatdos y una buena Copa Oro, se adelantará mucho en el tan sonado cambio generacional.

Martino se ha ganado la confianza del grupo que hoy dirige, se nota y eso es muy importante para el técnico argentino, ya que a pesar de haber mostrado gran disciplina en las concentraciones y en las decisiones que ha tomado —como la de no incluir a Jesús Manuel Corona, después de negarse a asistir a la primera convocatoria del 2019—, sabe cómo hablarle

al jugador para convencerlo y eso es lo que hace un verdadero líder.

México tendrá para el torneo de la Concacaf a un par de líderes muy importantes. Guillermo Ochoa en la portería y Andrés Guardado en el banco. Si estos dos elementos se mantienen en nivel y sanos, serán el eje de una Selección Nacional para la que se mantiene la obligación de ganar este torneo, sin importar qué jugadores componen el róster de 23.

La Selección todavía jugará el domingo frente a Ecuador antes de iniciar la Copa Oro , partido en el que ya se tendrá que ver el equipo con el que iniciará el torneo de la Confederación y en el que debe observarse un avance respecto a lo que sucedió ayer ante Venezuela, que fue un buen partido para México, al que por más que acumule victorias y días invicto con su nuevo entrenador, siempre se le exigirá más.

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