La directiva de Santos se ha caracterizado por tomar decisiones contundentes cuando se rompen los códigos, cuando en sus filas han habido personajes que pasan por encima de los valores y la decencia.

La sorprendente noticia de la renuncia de Robert Dante Siboldi , el todavía técnico campeón del futbol mexicano, asombró a todos; no se podía entender y mucho menos explicar su salida, cuando llevó a este equipo a otro título y en el Apertura 2018 solamente van tres jornadas.

Demasiadas versiones corrieron ayer por la tarde, lo cierto es que ante la premisa de “bajo advertencia no hay engaño”, Alejandro Irarragorri , presidente del club, tomó una decisión para regresar la estabilidad a su equipo, ya que algunos personajes que vivieron esta historia, nos confirmaron que las traiciones estaban al por mayor desde hace ya algunos meses.

Me explico: A Siboldi lo querían tumbar de su puesto; se habla de que su propio asistente, Leandro Cufré —quien llegó como auxiliar del equipo santista en noviembre de 2017—, junto con Gerardo Alcoba , estuvieron controlando el vestidor sin la autorización del entrenador uruguayo.

En el mundo del futbol se dice, son “los capos del vestidor”, “los putos amos”, y esto desencadenó que Siboldi explotara constantemente, incluso sentando a Alcoba para el último partido de Liga. Entre uruguayos, se hicieron pedazos, según cuenta quien vivió esto muy de cerca.

Alejandro Irarragorri

es un hombre muy recto, para quien los valores son de suma importancia y se deben respetar, incluso les advirtió —a Siboldi y Cufré—, cuando detectó esta situación, que si las pugnas por el poder continuaban se irían los dos. Hoy están fuera.

Lo que no se puede entender es por qué mantienen a Alcoba , quien sí está involucrado en este caso, como el propio defensa central lo aceptó en conferencia de prensa ayer; se nota que no se midió con la misma vara o bien por una cuestión de economía, no era conveniente hacerlo en este momento, pero seguro saldrá de la institución en la primera oportunidad que tenga la directiva.

Da gusto que se haga respetar a las instituciones, pero también sería muy importante no dejar nada a la imaginación, porque el comunicado que envió el propio equipo de Santos así fue y pueden existir especulaciones en todos los sentidos, al estilo del caso Carmona-Galindo , en 2005 , o el de Juárez-Vela, en 2009 , en los que se manejaron infinidad de versiones y ningún directivo fue claro para explicar frontalmente lo que se vivió al ser, en un caso, separados de una Selección Nacional y en el otro, castigados públicamente.

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