Cerrando la primera jornada de los cuartos de final, los partidos de ida no ofrecieron nada distinto a lo que fue la fase regular del torneo. Los estadios mostrando muchos lugares vacíos, lo que pudiera ser la demostración de que este formato de Liguilla esté terminado. Sin duda que la intensidad a la que estaban acostumbrados los aficionados a ver en un partido de eliminación hace unas décadas ha cambiado. Por eso la esperanza de que en las vueltas haya por lo menos dramatismo, porque de verdad que en las idas fue como ver un partido de las primeras jornadas del torneo.

Monarcas no pudo redondear la noche en Toluca por su alarmante falta de capacidad para manejar el partido; Tigres se dio el lujo de poner al estelar Enner Valencia en la banca; del León solamente parecía que Boselli quería ganar la eliminatoria; el América con extrema indisciplina y arrogancia; Cruz Azul sin ideas y sin capacidad para definir, como ha sido durante toda la temporada; Atlas fue un digno rival ante el líder Monterrey, en el mejor partido hasta el momento.

Por eso da risa escuchar cuando viene la Liguilla, que es un torneo aparte, que no hay nada para nadie, que 180 minutos en los que todo puede pasar y muchos otros lugares comunes, cuando en realidad la obligación de los equipos es mantener el nivel de lo que ofrecieron durante la temporada regular.

La eliminatoria que más atrajo la atención, por cuestiones de popularidad, resultó ser uno de los peores Cruz Azul vs América de los últimos tiempos, con un plantel que tiene una fuerte inversión y que terminó haciendo cambios con juveniles como lo hizo Miguel Herrera, mientras que Cruz Azul, en plenas negociaciones para que se vaya Corona a Chivas; deben de estar muy agradecidos con el portero porque fueron lo más brillante de la noche.

Jémez termina hablando de su vida personal en lugar de explicar la alarmante falta de capacidad para que su equipo anote un gol. De nada sirve tener el balón contra un equipo que jugó 50 minutos con 10 jugadores y 10 minutos con 9 futbolistas, si no tienen maldita la idea de qué hacer con él. Insisto, puede molestarse, pero el cruzazulino debe estar preocupado, aunque con un gol en el Azteca les podrían dar la satisfacción de verse en semifinales.

Qué bueno que Arturo Brizio sacó a los líderes pasados de peso de los partidos de ida y lo único que manchó el arbitraje fue el polémico Luis Enrique Santander, quien hace meses pitó toda la Liguilla a Chivas y ahora en la misma ciudad, falló rotundamente al no marcar dos penaltis claros al Atlas.

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