Positivo. Una gira que fue satisfactoria, con resultados agradables y un funcionamiento adecuado de la Selección Nacional . Juan Carlos Osorio no tiene la culpa de que el entrenador polaco, Adam Nawalka , alineara anoche a nueve jugadores no habituales en su 11 inicial. Tampoco tiene responsabilidad de que los polacos hayan ensayado un dibujo táctico muy distinto al usado en la eliminatoria europea. En los amistosos juegan con cinco defensores, en los oficiales lo hacen con cuatro; ideas que no han resultado para la ayer selección anfitriona.

Osorio

también ensayó, con tres defensores, dos carrileros, tres medios y dos delanteros, con la gran diferencia que cuando está Raúl Jiménez en el campo, un error defensivo del rival se capitaliza por la enorme capacidad de definición que tiene el jugador del Benfica. Polonia no tomó en serio esta fecha FIFA. Ni contra Uruguay ni contra México alineó a lo mejor que tiene, sólo cumplió el trámite de observar jugadores suplentes. Si se critican los partidos en Estados Unidos con rivales de poca monta, a éste podemos llamarle el “mole polaco”, un molero a miles de kilómetros de distancia, muy distinto a lo que vimos contra Bélgica . Polonia alineó solamente a dos titulares, a tres que entran algunos minutos habitualmente y los restantes seis fueron desconocidos hasta para los aficionados.

Son notorios y preocupantes los bandazos que da la Selección Mexicana. De hacer uno de los mejores partidos con Osorio, el viernes, solamente 72 horas después fue totalmente distinto, entregando un encuentro que —pese a la victoria— deja muchas dudas. Aunque se empeñe en modificar de un partido a otro a seis jugadores y a dos más cambiarlos de posición, con respecto a lo visto en Bruselas, se demuestra que sí hay jerarquías muy establecidas en el equipo y que el cuadro inicial para el Mundial sufrirá pocos movimientos, en cuanto al utilizado en Bélgica .

De estas giras, más, aunque habría que ponerle un asterisco a Polonia. Enfrentar a los equipos europeos completos en su propia casa sirve mucho y el trabajo de la Dirección de Selecciones Nacionales fue estupendo. Nadie tiene la culpa de encontrar suplentes en Gdansk, más que el entrenador Nawalka, y —aún sin brillar— la Selección hizo lo que tenía que hacer: ganar a los jóvenes polacos.

El siguiente partido de la Selección será en enero en San Antonio, ya con el conocimiento de saber cuáles serán sus rivales en la Copa del Mundo, así que la elección será vital, porque además de todo no es fecha FIFA, por lo que será la oportunidad para poner a futbolistas que sí juegan en la Liga MX.

Calificación aprobatoria en Europa, pero esos lapsos de juego perdido pueden ser fatales en Rusia, así que —con el tiempo— a corregir lo que es notorio, lo que puede acabar eliminando a una selección cuando frente a sí tiene a equipos de jerarquía. Bélgica lo supo hacer y aprovechó, pero los polacos de ayer aún están en aprendizaje.

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