Nadie detiene el mal del futbol mexicano

El futbol mexicano debe promover valores y ser contundente en no aceptar agresiones como la de Francisco Jémez, un acto que pese a sus burdas explicaciones solapadas por una directiva de papel, deben ser sancionadas severamente.

Pero no solamente la vulgaridad de Jémez fue parte de las agresiones de la jornada anterior. La dupla Roberto García Orozco-José Luis Camargo regresó, actuando como si fueran los dueños del arbitraje mexicano. Actitudes prepotentes sobre Matías Almeyda en el partido Monterrey vs Guadalajara.

Claro que el técnico de las Chivas reclamó algunas de sus decisiones, como lo hacen todos los entrenadores, pero el argentino fue seguido a detalle hasta que lo expulsaron. Eso también es una agresión y a los silbantes, ni quien los toque.

García Orozco y Camargo están convencidos que están por encima de todos en el futbol. Son los jueces mimados de la Asociación Mexicana de Árbitros (AMA), porque al final son quienes manejan este extraño organismo que no sirve para maldita la cosa, más que para cobrarles cuotas a los demás silbantes. El sábado dio la impresión que desde el inicio del juego querían ser protagonistas y por ello algunas de sus actitudes regresaron, junto con el señalamiento público del entrenador del Guadalajara. Lo mismo hicieron con jugadores quienes le reclamaban algunas decisiones, como Jair Pereira y Edwin Hernández.

Si Arturo Brizio no pone un alto inmediato, le va a pasar lo mismo que a Rafael Mancilla, Edgardo Codesal y Héctor González Iñárritu, quienes les cumplieron todas sus peticiones, para que al final los traicionaran. Mientras sigan este tipo de personajes en el arbitraje mexicano, nunca mejorará. Antes de seguir con esta dinámica que a nadie le hace bien, deberían de explicar qué es lo que en realidad hace la AMA, en qué benefician a los árbitros que ni siquiera figuran en la Liga MX o el Ascenso MX y muchas cosas más que se desconocen.

Difícil poder lidiar con este tipo de actitudes que no ayudan al desarrollo del futbol y que en este caso, perjudican a un equipo como el Guadalajara, no por el marcador ante el Monterrey que lo humilló en el marcador, pero sí en lo que viene, ya que no tendrán a su técnico para los partidos ante Puebla y Santos.

Personajes como Roberto García Orozco o el propio Paco Jémez solamente dejan mal parado al futbol mexicano, gracias a actitudes de prepotencia y que nada tienen que ver con la labor que desempeñan. Porque ni son los mejores en lo que hacen, contrario a lo que piensan, con sus acciones están lejos de ganarse el respeto de quienes les rodean.

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