La crisis es alarmante. Son el último lugar de la tabla de posiciones y no se ve un panorama halagüeño ni esperanzador. Los aficionados piden a gritos la salida de Rodrigo Ares de Parga, de Sergio Egea y nadie les hace caso. Desde Rectoría llegan mensajes a La Cantera que deberían de recontratar a Mario Trejo, pero los actuales directivos ignoran al Dr. Graue, y por si todos los problemas que tienen no fueran pocos, ahora súmenle el intento de censura a los medios de comunicación que acudieron al Corregidora ayer en pleno partido contra Cruz Azul.

En el primer tiempo, algunos seguidores de Pumas iniciaron una bronca en la tribuna. Acto seguido, los reporteros que acudieron a la cobertura del partido se dieron cuenta e intentaron salir a grabar el incidente, pero se encontraron con la no grata sorpresa que Wendy Mortera, coordinadora de prensa del equipo, no dejó a reporteros salir del palco y con esto “evitar” que se propagaran las imágenes lamentables de violencia. Claro que le fue imposible evitar que periodistas grabaran a mucha distancia de la tribuna en cuestión.

Pero ahí no acabó el tema de la violencia. Al final del partido, un pésimo operativo de seguridad no evitó una trifulca entre seguidores de Pumas y Cruz Azul, imágenes que delatan cómo se pegan. No existió reacción de las autoridades, los dejaron hacer lo que quisieron. Cuando intentaba salir el camión de Pumas de La Corregidora, se tardaron en dejarlo circular con el argumento que esperaban motociclistas para escoltarlo y, justo cuando llegaron, ordenaron que los periodistas se movieran de ese lugar para evitar, también, que grabaran imágenes del caos que se vivía, aunque en este caso fue personal del estadio, no de Pumas.

A qué vamos con todo esto, evitar que se informe es gravísimo, pero es mucho más preocupante que solapen a aficionados que van a los estadios a golpear a quien se le ponga enfrente. Actos de violencia que deberían ser rechazados por la directiva, pero es tal el descontrol de los universitarios en todas sus áreas, que hacen lo que se les pega la gana. Los periodistas no son los que se pelearon las tribunas, así que esa práctica añeja de censurar para que no se conozca la verdad, no va en una institución como Pumas, que debe representar los valores de la principal casa de estudios de este país y donde la libertad de expresión es fundamental para todos.

Es peor este tipo de actos que lo que está pasando en el campo de juego. Lo deportivo, cuando vengan decisiones inteligentes, se solucionará, pero si la directiva está de acuerdo en lo que sucedió en Queretaro, entonces sí deberían promover desde Rectoría un cambio radical para el Patronato de los Pumas.

Qué lastima y tristeza ver a uno de los equipos de mayor popularidad del país hundido en tal crisis deportiva, gerencial y operativa. La goleada ante Cruz Azul debe abrir los ojos a quienes dicen ser pumas.

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