En estos momentos y a pesar de que sus posibilidades de clasificar a la Liguilla se reducen jornada a jornada, no hay un sólo indicio de que Matías Almeyda corra peligro y pueda ser una víctima más de los arrebatos de Jorge Vergara.

Lo que sí debería preocuparle al entrenador de las Chivas es esa baja de juego y pobre contundencia que tiene un equipo que por su trascendencia no puede escudarse tras el argumento de las bajas por lesión y convocatoria que tuvo al inicio del torneo.

Porque aunque las ausencias perjudican a cualquier equipo en cualquier parte del mundo, hay que recordar que estas Chivas, el equipo del manager general Almeyda, ha sufrido de lesiones durante mucho tiempo y aún así había logrado estar en una mucho mejor posición.

Aparece el directivo de confianza de Vergara, ese mismo que presume en Twitter sus vuelos en primera clase, sus arrebatos contra periodistas, platicando con Caixinha, porque según las malas lenguas, Almeyda y su equipo de colaboradores habían mandado sus currículum a equipos de media tabla de España.

Eso nos lleva a pensar, además, en que ha sucedido otra cosa con el Guadalajara. O a Almeyda ya se le apagó el discurso con los jugadores o los futbolistas de este equipo perdieron la humildad que los había mantenido con mejores resultados y una mejor actitud dentro de la cancha.

El martes regresó Alan Pulido, pero era absurdo pensar que de inmediato iba a encontrar el nivel con el que terminó el torneo anterior. Y aún así tuvo una oportunidad de anotar, la cual desperdició.

Las Chivas solamente están por encima del Puebla —sí, de ese triste Puebla—, en la estadística de cuántos remates a portería necesita para anotar.

Con 10 goles marcados en lo que va del Apertura 2017, el Guadalajara ha necesitado de 15.1 remates a puerta para poder anotar. De ahí los problemas en cuanto a puntos para un equipo con obligaciones y objetivos mucho mayores a estos números que resultan reveladores.

Esto además, contrasta con el resto de las estadísticas del equipo, en las que están por encima de la media. Tal es el caso de la posesión de balón, en la que es segundo lugar con 27.8 minutos por juego —Tigres es primero con 30.9 minutos—, o la efectividad en los pases que es de 76%.

No faltará quien diga que el Guadalajara no está tan lejos de Liguilla y en cierto sentido tienen razón, pero el futbol que se le ve, la pobre contundencia que tiene y la presión que le viene encima, mantendrán a Almeyda y su equipo en esta situación tan complicada, más cerca de la eliminación que otra cosa.

@gvlo2008

gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

Foto: Imago7

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