El compromiso de cualquiera de las grandes empresas globales -en nuestro caso, como primera proveedora mundial de logística- de llegar a 2050 sin emisiones genera una de las siguientes reacciones: se lo considera una artimaña de las relaciones públicas, o se lo trata como resultado de un optimismo fuera de toda medida.

Creo que ambas posturas están equivocadas: asumir ese compromiso resulta sencillamente inevitable, porque el cambio climático es un claro riesgo para el valor de todas las empresas, en todas parte.

Al mismo tiempo, el auténtico potencial para combatir el cambio climático se alcanzará sólo con un aprovechamiento completo de la imaginación humana y la eficiencia de recursos del mercado. Por esta razón, los grandes empresarios mundiales entienden cada vez con más claridad que hacer frente al riesgo climático no representa únicamente un costo: también es la oportunidad de estructurar el valor en nuevos modelos comerciales e inversiones en tecnología.

La meta de la COP 23, la conferencia sobre cambio climático de la ONU -que se celebra actualmente en Bonn, Alemania, donde tenemos nuestras oficinas centrales- es definir con alto grado de especificidad cómo lograr resultados medioambientales favorables.

El desafío está dirigido en muy gran medida a las grandes corporaciones. En función de lo que pude aprender en los últimos nueve años -desde que en 2008 asumimos compromisos específicos para reducir nuestras emisiones globales-, señalaría cuatro enseñanzas clave:

Primero , el compromiso de eliminar las emisiones requiere volver a pensar de manera fundamental muchas actividades comerciales. En nuestro caso, reevaluar todo a través del prisma de la sostenibilidad dio una calidad nueva a nuestra relación con proveedores y clientes.

Por ejemplo, al usar nuestros remolques Teardrop, de diseño aerodinámico, para el transporte de larga distancia por carretera, hemos reducido tanto el consumo de combustible como las emisiones de carbono. Más allá de las necesidades de nuestra empresa, trabajamos con nuestros clientes para crear versiones de Teardrops a su medida .

Segundo
, precisamente porque no hay una panacea, hay que dar muchos pasos concretos de forma rápida y sistemática. Estas medidas empiezan por cuestiones tan mínimas como iluminar mediante LED nuestras instalaciones de todo el mundo y redescubrir los beneficios de usar todo lo posible bicicletas para las entregas urbanas.

Tercero , el éxito depende al menos en igual medida tanto de soluciones que fluyen de abajo hacia arriba como de arriba hacia abajo en cada empresa. Los laboratorios de las start-ups capaces de dar curso a las ideas prometedoras de los trabajadores tienen un importante papel a este respecto.

Cuarto , una compañía preparada para volver a pensar de manera fundamental su modo tradicional de operar comercialmente bien puede descubrir soluciones transformadoras que generen nuevos negocios con un verdadero potencial de largo plazo.

Nosotros por ejemplo nos hemos convertido en empresarios-e. Con una flota total de 92.000 vehículos de entrega, una tarea central en nuestra agenda 2050 es dejar atrás la dependencia de los vehículos a gasoil y pasar a los eléctricos. Estos vehículos-e tienen que resultar tan fuertes como los de gasoil en la operación de cargas pesadas, ser tan capaces como ellos de soportar los tironeos y exigencias permanentes del tránsito propio de las vías de reparto urbano, y lo suficientemente confiables para usarse hasta 300 días al año.

Al no encontrar un proveedor óptimo de este tipo de vehículos en el mercado, nos pusimos en contacto con una empresa nueva surgida en el ámbito universitario, StreetScooter, que posteriormente adquirimos. Ahora estamos instalando el producto inicial de esta empresa en una gama completa de vehículos eléctricos y ampliando su capacidad de producción de 10 mil vehículos este año a 20 mil en 2018.

Una motivación importante para nosotros es demostrar que la movilidad eléctrica puede convertirse en una práctica estándar en la industria logística mundial y también fuera de ella. Es por eso que, después de haber generalizado esta solución en Alemania, estamos empezando a implementarla en todo el mundo. Además, dado que los StreetScooters se pueden adaptar a necesidades de entrega específicas propias de otros sectores industriales, ofrecen soluciones de movilidad urbana con un rango de aplicación mucho mayor.

Para reducir aún más las emisiones y mejorar el perfil de ruido de nuestra empresa, damos mucha importancia también a las bicicletas y los triciclos eléctricos. Actualmente los usamos en 58 ciudades de 12 países distintos de Europa, entre ellos Francia, Italia, Reino Unido y Países Bajos.

Para nosotros, implementar a gran escala estas diversas medidas resulta clave para alcanzar en 2025 un hito: que 70% de nuestros servicios de recogida de primera milla y de entrega de última milla estén libres de emisiones.

No cabe duda de que cumplir nuestro propio compromiso de emisiones netas cero en 2050 resultará cada vez más complejo. Pero para el camino que queda por recorrer me siento muy alentado por un hecho inesperado: hacer frente al desafío climático va mucho más allá de abordar cuestiones “sólo” ambientales.

Como he aprendido de primera mano, las iniciativas verdes conducen a nuevas formas de productividad y, con el tiempo, a la creación de mercados completamente nuevos para los productos y servicios sostenibles. De todos modos, para catalizar este proceso hay que tener aspiraciones audaces. Es la forma en que las empresas pueden -y deben- liderar la transformación que se necesita en el mundo.

Director General del Deutsche Post Group DHL

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