Entrenadores ganadores, obtuvieron títulos y dejaron una huella importante en su paso por los clubes que dirigieron; tomaron tanta importancia, ocuparon tanto espacio, que dominaban sobre el club... Sí, más allá de la cancha.

Técnicos ganadores, de temperamento fuerte y decidido, con sus virtudes y demonios, pero exitosos, ganadores de títulos, y lograron convencer —en casi todos los casos— a su plantel, no sólo de una idea de juego, sino que además establecieron un vínculo tan cercano y con un mismo objetivo, aunque a veces no estuviera siempre alineado a la de los dueños.

Matosas y Almeyda crecieron tanto, ocuparon tanto, que ambos fueron candidatos para dirigir a la Selección Nacional. Filosofías de juego, discurso y personalidad, sumado a los resultados, títulos y poder de convocatoria, los volvieron apetecibles, casi irresistibles a la dirección técnica de la Selección.
Casi, casi.

Sin embargo, terminaron por ser incómodos. Entrenadores que probaron sus formas de trabajo, crecieron y exigieron. No fueron fáciles de controlar y terminaron por ser más indeseables.

Por lo pronto, es incomprensible que dos de los entrenadores más ganadores en la historia moderna de la Liga MX no estén trabajando en el futbol mexicano, que hoy no tengan cabida en el futbol donde ganaron tanto, donde pasaron de ser estrategas tan deseados a terminar siendo detestados. 

@pacovela

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