La verdadera izquierda, la que realmente ve por el bienestar de los demás, por la superación material y cultural de la sociedad, la que atiende con eficiencia la seguridad pública, la sanidad, el empleo y la certeza en el manejo de las finanzas públicas para cuidar el ahorro, la inflación y la prosperidad de la comunidad, la que consolida la democracia e impulsa las garantías individuales, no se parece en nada a las políticas castristas ni a la soviéticas ni a las chavistas que pretenden exhibirse ante el mundo como estrategias de vanguardia diseñadas por estadistas supuestamente virtuosos, cuando sus líderes, unos auténticos bribones, no pasan de ser un conjunto de tiranos despreciables que se enriquecen, asesinan, ignoran y empobrecen precisamente a sus pueblos, en nombre de los cuales cometen los más abyectos crímenes.

Basta ver en qué se convirtió la famosa “Dictadura del Proletariado”, que si bien fue una dictadura, jamás lo fue del proletariado porque, a modo de ejemplo, en la filas que integraban la élite de la Nomenklatura Soviética difícilmente se podía encontrar al operador de un torno industrial ni a un muzhik, un humilde campesino ruso de Siberia. Ahí estaban las dachas, las famosas casas de campo de los gerifaltes soviéticos que envidiaban las grandes masas depauperadas porque, parafraseando a George Orwell, “en esta granja todos los animales son iguales, solo que hay unos animales más iguales que otros…” Las estadísticas revelan que Stalin mandó matar a casi 20 millones de sus compatriotas, cifra superada con mucho por Mao Tsé Tung, en cuyos haberes criminales se cuentan más de 60 millones chinos asesinados principalmente durante la conocida “revolución cultural”, en donde se condenaba a muerte a quien interpretara la música occidental de Mozart… La República Popular China ni fue República porque no se fundaba en el imperio de la ley ni pretendía la igualdad ciudadana ante la norma ni fue popular porque el pueblo, los cientos de millones de chinos, poco o nada tuvieron que ver en la gran farsa de la dictadura del pueblo, algo así como la República Democrática Alemana, que tampoco era República ni democrática ni mucho menos alemana… ¿Esa es la izquierda anhelada por diversos políticos mexicanos…?

¿Fidel era de Izquierda? Ah, ¿sí? ¿Entonces ese despreciable dictador caribeño erradicó la miseria en Cuba, creó empleos, generó ahorro, detonó el desarrollo económico, estimuló la democracia, elevó el nivel de vida y construyó un país libre y ejemplar? ¿Por qué la revista Forbes, entre otras tantas, lo mostraron como uno de los hombres más ricos del mundo? ¿Comunista o bandido? Si cada cubano hubiera contado con una balsa para huir del “paraíso” castrista, Cuba se hubiera vaciado en un par de semanas, de la misma manera que los berlineses orientales se hubieran fugado del “jardín del Edén marxista” de no haber existido el muro de la vergüenza. ¿Esa catástrofe humana debemos calificarla como izquierda? ¡Horror! Fidel asesinó en nombre de la “libertad y del progreso”, persiguió con su policía secreta a quien pensara peligroso, espió, torturó y fusiló a quien se negara a adoptar “el bienestar comunista.” ¿Ya se olvidó lo que era la Stasi soviética en Alemania oriental o la NKVD de Stalin? Castro impartió “justicia” según sus estados de ánimo, asfixió la libertad de expresión y la de cátedra universitaria en las cárceles clandestinas; canceló el libre tránsito, el de empleo, el de asociación, así como sofocó y suprimió con las armas o las sogas en las manos las más elementales garantías individuales. Y pensar que AMLO se atreve a sostener públicamente que “Castro es comparable a Mandela”, que es un “gigante, un demócrata admirable universalmente” y que “Cuba es y ha sido desde 1959 un país libre, independiente y soberano”? Un hombre con semejante convicciones políticas pretende gobernar México a partir del año entrante…? ¡Yo soy inocente, me cansado de denunciarlo en cuanto foro he podido y, por supuesto, no por el hecho de no coincidir en lo absoluto con sus propuestas verborréicas y anacrónicas, voy a coincidir, en modo alguno, con el PRI! Menudo reduccionismo insensato…

Una auténtica izquierda no pude ser populista por definición. No hace promesas que sabe falsas entre personas que sabe idiotas, ni suprime la libertad de expresión ni encarcela a los opositores ni los tortura ni menos los fusila ni mata de hambre a los suyos con amenazas exteriores inexistentes ni crea policías secretas ni los líderes se reeligen indefinidamente con maniobras electorales incalificables ni expropia la propiedad privada urdiendo pretextos indigeribles ni clausura medios de difusión masiva ni engaña y menos estafa a la nación ni propone el capitalismo de Estado, cuyos desastrosos resultados se comprueban a simple vista.

¡Cuidado con la izquierda desvergonzada y demagógica que pretende vender una prosperidad con recetas sacadas del bote de la basura, en donde se encuentran hechas trizas, desde hace muchos años, las tesis populistas que a la larga provocaron estallidos sociales, el caldo de cultivo de nuevos tiranos ávidos de poder personal para arruinar aún más a los pueblos ignorantes y desesperanzados extraviados en círculos regresivos y perversos!

Parafraseando ahora a Reyes Heroles: si quieren podemos pelearnos con Peña, pero no nos peleemos con México. ¿Verdad…?

Twitter: @fmartinmoreno

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