Te vas querido Agustín, porque has sido nombrado gerente general del Banco de Pagos Internacionales, una entidad que agrupa a bancos centrales de 60 países que representan 95% del PIB mundial, toda una distinción para un mexicano como tú. Bien merecido, sí, pero te llevas contigo, es decir, despojas a México de un ejemplo de dignidad y sentido del honor desaparecido casi en términos absolutos en nuestros días en las filas de todos los niveles de la burocracia federal y local. Nunca te viste involucrado en el tráfico de influencias delictivas en Pemex ni en ninguna otra empresa paraestatal o privada ni tu nombre fue vinculado a residencias ostentosas de origen dudoso ni se te acusó jamás de haber acumulado una riqueza inexplicable ni de haber participado en negocios turbios ni tu ilustre apellido salió a relucir en los Panamá Papers ni en los Paradise Papers ni utilizaste tu cargo para amasar una fortuna con la que a diario los diversos gobiernos, junto con legisladores jueces y presidentes municipales, insultan a la ciudadanía indefensa y harta. Aun cuando se trate de un lugar común: cruzaste el pantano y no te manchaste. Si todos los funcionarios públicos de México tuvieran tu estructura ética, sin duda alguna tendríamos otro país, respetado en el concierto de las naciones, y no existiría esa imagen de un cuerpo en avanzado proceso de putrefacción que desgraciadamente proyectamos al exterior.

No habrá sido nada fácil haberte enfrentado a Luis Videgaray en sus tiempos catastróficos como secretario de Hacienda, cuando disparó irresponsablemente la contratación de la deuda pública a niveles de casi 52% del PIB, según el FMI. Una nueva borrachera financiera que pagaremos varias generaciones de mexicanos. ¿Qué tal la “reforma fiscal” instrumentada igualmente por Videgaray, con la que despojó de sus ahorros a los mexicanos para dedicarlos al gasto corriente y a la amortización de la deuda pública. Imposible olvidar cuando en la presente administración y en la anterior, padeciste presiones del conocimiento público, cuando desde la propia Secretaría de Hacienda trataron de controlar el mercado de cambios y especialmente la emisión de billetes y monedas, lo cual hubiera disparado la inflación a niveles insospechados.

¿Qué la inflación está por arriba de 3%, según los objetivos de Banxico? Este hecho debe desvincularse de las políticas del Banco Central y buscar el origen en el precio de las gasolinas y del gas LP, entre otros factores, como la depreciación del peso. ¿Acusamos entonces a Meade por incrementar dichos precios? ¿Cómo? ¡Imposible! ¿Por qué mejor no preguntarnos hasta dónde llegó la irresponsabilidad y la ineficiencia burocrática en Pemex, al extremo que un país petrolero tenga que importar más de la mitad de sus gasolinas y del gas para desperdiciar miles de millones de dólares en dichos insumos, en lugar de destinarlos a la educación y a obras de infraestructura?

¿Culparte de la devaluación del peso porque cuando llegó Peña al poder, el tipo de cambio estaba en casi 13 pesos y ahora se encuentra a más de 19? A finales del último año de Calderón, en 2012, Videgaray recibió hacienda con casi un 4% de crecimiento económico y en 2013 fuimos a dar al 1.1%, gracias a la reforma fiscal que aquél instrumentó cuando todavía no se había desplomado el precio internacional del petróleo ni Trump había llegado desgraciadamente al poder, ni claro, tampoco el “peleador callejero” había sido invitado a Los Pinos, la casa de nosotros, los mexicanos, a quienes Trump había insultado de una y mil maneras, cada una más obscena que la otra….

Ya, ya sé, debemos culparte de la absurda explosión de la impresión de dinero, del disparo de la base monetaria que ha llegado casi a 20% y olvidemos el terrorismo fiscal impuesto por Videgaray. ¿Se vale? ¡Claro que no! Si hoy existe una gran cantidad de billetes en circulación, la explicación debe encontrarse, en parte, en la evasión fiscal de los contribuyentes de impuestos. Les resulta más conveniente pagar en efectivo que con tarjetas de crédito, con las que es posible reconstruir su gasto y, por ende, descubrir su ingreso para efecto del ISR. No, no se trata de evadir al fisco, sino de volver a establecer las deducciones contempladas en las leyes anteriores y no tener que pagar casi sobre la base un ingreso bruto a tasas de 35%. Se llama justicia tributaria.

Necesitamos una economía que promueva el ahorro, el equilibrio fiscal, los mercados libres y entonces, la estabilidad monetaria estará de alguna manera asegurada, salvo los vaivenes internacionales.

¿Errores? Sin duda los hay, querido Agustín, sólo que el balance es excelente a pesar de todas las contingencias. Te vamos a extrañar, salvo que llegue otro gobernador del Banco Central con tus características y seguro que lo hay. Conozco funcionarios de intachable reputación y sólida formación profesional.

A propósito, ¿te has imaginado a un gobernador de Banxico de extracción morenista? Si así fuera, dámela de barrendero en el Banco de Pagos Internacionales en Suiza…

Te deseamos la mejor de las suertes…

Twitter: @fmartinmoreno

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