Una vez más el mundo enfrenta los devastadores efectos de cobardes atentados terroristas, y una vez más, también, estos ataques ocurren en un entorno turístico. Independientemente de la gravedad per se de los acontecimientos, la reiteración de la afectación, de manera violenta, de la normalidad del funcionamiento de un importante destino turístico, suscita una serie de interrogantes, dentro de las que sobresale la que tiene que ver con anticipar si estamos ante el advenimiento de una contracción significativa en los flujos turísticos mundiales.

Al respecto, vale la pena recordar que el turismo atraviesa por un gran momento, registrando una tasa de crecimiento de 6.2% en las llegadas de turistas internacionales en el primer cuatrimestre del año, teniendo en cuenta que desde enero de 2010, sólo en un mes se ha registrado un retroceso en comparaciones interanuales; en este lapso, por cierto, se han producido varios ataques terroristas en diversas latitudes, incluyendo algunos destinos turísticos.

¿Quiere esto decir que el turismo es inmune al terrorismo? La respuesta a esta pregunta es difícil y debe perfilarse tomando en cuenta diversas aristas. Es cierto que un rasgo distintivo del turismo es su vulnerabilidad, pues no parece razonable pensar que las personas decidan viajar dentro de sus espacios de ocio a lugares en los que se observen condiciones que pudieran poner en riesgo su integridad física; de esta forma, en el tiempo hemos visto dramáticas caídas en las visitas turísticas provocadas por actos terroristas en lugares como Egipto y más recientemente Turquía, que luego de recibir 40 millones de turistas internacionales y ocupar el sexto lugar en el ranking turístico mundial, en 2016 perdió un 30% de ellos y se derrumbó hasta la décima posición. Del otro lado, el reforzamiento creíble de medidas de seguridad puede ser bien reconocido por los mercados, como ha sucedido este año en Francia y Reino Unido en los que luego de haber sufrido este flagelo en los últimos tiempos, reportan un aumento en sus turistas internacionales de 3.7% y 10.5%, respectivamente.

En todo caso, y con toda claridad luego del ya lejano 11 de septiembre de 2001, el turismo discurre por una nueva normalidad en la que las personas saben que en sus viajes siempre existe un riesgo por diversos factores y en tanto ese riesgo no sea mayor (como sucedió en Turquía al registrar más de una decena de atentados en 2016) mantendrán sus planes; de igual forma, el reconocimiento de amenazas no supone en automático una cancelación del viaje, ya que este puede ser redireccionado ante la multitud de opciones de que dispone el mercado.

De esta manera, es posible que sí haya una desaceleración en los viajes hacia España en los meses venideros (en el primer semestre del año el incremento en las llegadas de turistas internacionales a ese país fue del 11.6%); no obstante, no parece probable una reiteración desenfrenada de actos terroristas en el país y, es muy probable, que este vuelva a ser un año récord para el turismo español. De igual forma, no pareciera vislumbrarse una caída generalizada de los flujos turísticos en el mundo.

Por otra parte, hay que reconocer que hasta ahora México ha logrado mantenerse al margen de este tipo de actos violentos. Sin embargo, la concentración de turistas internacionales en algunos destinos turísticos obliga a no descartar cualquier tipo de eventualidad, y a incluir, aunque sea con un muy bajo nivel, al terrorismo en el mapa de riesgos del turismo mexicano.

En contraparte, y aunque es por demás evidente el formidable momento por el que pasa el turismo en nuestro país, que conducirá a colocarnos —de no mediar alguna situación extraordinaria— en el séptimo sitio del ranking internacional, la inseguridad y violencia siguen constituyendo una amenaza que no puede ser subestimada y que ya en el pasado ha mermado los flujos turísticos. En consecuencia es indispensable reforzar la seguridad en los destinos turísticos; y si bien es bienvenida la coparticipación en estas tareas por parte del sector privado, corresponde a los diferentes niveles de gobierno la atención prioritaria del tema… ¡no hay de otra!

Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México.
Twitter: @fcomadrid

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