Luego del vendaval mediático en el que se ha visto envuelto el secretario de Turismo, Miguel Torruco, tras el poco afortunado episodio de la difusión de un video exhibido originalmente en el evento de presentación de su Estrategia Nacional de Turismo, en el que se presentan elementos ideológicos propios del gobierno en el poder (válido a mi juicio, excepto por la exhibición de escenas explícitamente identificables con un partido político —Morena—), sería muy preocupante que el debate público se centrara en la discusión sobre la permanencia o no de Torruco en su puesto actual, omitiendo los temas de fondo atrás de la iniciativa dada a conocer.

Digo esto porque me daría mucho gusto haber observado el ímpetu de las voces que se manifestaron en esta ocasión, cuando se hizo pública la decisión de la presente administración sobre la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México y, especialmente, ante la cancelación del uso de recursos públicos —ajenos al bolsillo del contribuyente, por cierto— para apoyar las tareas de promoción de la imagen de México y sus destinos turísticos.

Desafortunadamente, las señales que anticipan malos tiempos para el turismo de nuestro país en su componente internacional son cada vez más fuertes y no sólo apuntan en el sentido de la desaceleración, sino que, incluso, parecen anticipar una contracción en los flujos turísticos. De acuerdo con las cifras de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, se registran niveles inferiores a los del año previo en las llegadas de residentes en enero de 2019 provenientes de seis de los primeros 15 mercados para el país: Alemania (-0.5%), Argentina (-29.7%), Brasil (-14.9%), Estados Unidos (-3.1%), Guatemala (12.8%) e Italia (8.8%). En consecuencia, el volumen de pasajeros internacionales en el aeropuerto de Cancún (por el que se interna un poco más de 40% de los turistas aéreos al país, cayó en el mismo mes 2%.

Por otro lado, el volumen de las reservaciones aéreas del mundo con destino México registra tres meses consecutivos de reducción en comparación interanual (desde noviembre de 2018), acumulando un descenso de 2.6% es decir, cerca de 90 mil reservaciones perdidas.

Particularmente, es muy preocupante la caída en Estados Unidos, pues este mercado representa cerca de 60% del total de turistas aéreos. La pérdida económica en este grupo de viajeros representa un decremento en los ingresos en torno a unos 25 millones de dólares, tan sólo en enero.

La razón de la preocupación, no es sólo este monto, sino el hecho de que el descenso en los flujos de los residentes en Estados Unidos hacia México, se da a contracorriente de los viajes de los norteamericanos al exterior, mismos que crecieron 5.9% entre enero y septiembre del año pasado. Se estima que para el cierre de 2018 el gasto en viajes de este mercado fuera de su país habrá crecido un poco más de 7%.

En este contexto, a los retos de la inseguridad y la plaga de sargazo en el Caribe, se agrega la incapacidad de mantener una presencia promocional significativa en los mercados que, por cierto, reaccionan a una gran velocidad acorde con la naturaleza altamente competitiva del turismo.

Conviene tener en mente que la pérdida no sólo es un asunto de tener menos visitantes, sino sobre todo que este cambio tiene a la baja tiene el potencial para afectar gravemente el entorno macroeconómico del país. Así se lo hicieron ver los representantes empresariales a Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de la Presidencia en un encuentro sostenido la semana pasada en el que le insistieron en la necesidad de reconsiderar la decisión de privar al país de los recursos para la promoción turística. El estudio en que se sustentan las preocupaciones empresariales señala –conservadoramente, en mi opinión– que la cancelación de la promoción turística puede significar la pérdida de 115 mil empleos durante el sexenio y elevar el déficit en cuenta corriente a 3% del PIB en 2024, producto de la pérdida de un importante volumen de divisas turísticas.

Será deseable retornar la discusión a estos elementos y dar curso a una modificación en la posición gubernamental en la que, como se espera, el turismo sea, realmente importante para México, no como una concesión graciosa, sino como un pleno reconocimiento a su probada capacidad de generar desarrollo económico y social.

Director de la Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Anáhuac México.
Twitter: @fcomadrid

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses