Sigo recorriendo los paisajes imponentes rusos buscando respuestas de la alta competencia.

Alemania

queda eliminada en fase de grupos. Argentina se califica con gol agónico. Brasil no hizo 9 puntos, mucho menos España. Ronaldo y Messi fallaron un penalti. Uruguay y Croacia sumaron 9 puntos. Francia jugó a un maldito 0-0 y los suecos nos exhibieron. No le demos más vueltas, México retomó en 90 minutos todos los males de su historia reciente. La prensa hace lo suyo y los mensajes nos llevan como siempre a los contrastes. Poca serenidad y cero autocrítica. Por eso, en lugar de sumarme a más contaminación narrativa de la derrota y de los sueños chingones (en los que sigo creyendo) hoy les puedo decir que de una vez por todas comprendamos este deporte.

Es decir: por el humillante 3-0 en Ekaterimburgo no te dice que Brasil te vaya a ganar, aunque esa sea la lógica. Tampoco es una situación real que ganarle a Alemania te hizo una potencia, pero también es injusto no dimensionar que gracias a ese primer triunfo condicionaste la mayor sorpresa de este Mundial. La fase de grupos te lleva a una parte del objetivo, pero no es mediocre criticar que te pusieron un baile querido y admirado Rafa Márquez. Que el equipo de Osorio volvió a mostrar que no sabe jugar partidos relevantes, negarlo o querer confundir a los aficionados sería una locura, ya que el sistema táctico nos acercaba más al 7-0 contra Chile o al 4-1 contra Alemania en la Confederaciones.

Por eso y aunque llevamos 24 años en el mismo lugar de la alta competencia, el futbol te brinda oportunidades. Es ahí donde se deben entender los avances que son tan cuestionados de una generación de futbolistas que le ganaron un Mundial Sub-17, unos Olímpicos y un 0-0 en su casa y en su Mundial, pero que Estados Unidos te calificó al Mundial pasado y que ahora fuera Corea del Sur la que te ayudara. Por eso será muy importante estos días que cada quien entienda lo que está mal, que no se pierda el foco y caigamos en fanatismos o en derrotismos.

Por extraño que parezca, la gran noticia del humillante 3-0 de Suecia vs México no te eliminó y eso te permite cerrar filas, detectar el error como jugador, de que ese sistema te desnuda y no te permite competir a la hora de la verdad para poder mandar por un tubo los mensajes que salgan de una pluma roja o azul y tener el carácter y el futbol para darle la vuelta. Al final del día, es un juego que mueve mucho y que se gana siempre con muchos huevos. Algo que esta generación pierde en los momentos de trascender. Ojalá el mensaje sea oportuno: llegas por séptimo Mundial consecutivo a octavos y en tu futbol está el hacer historia contra la selección brasileña.

El quinto partido está a la vuelta, ya que sólo te vuelve a separar 90 minutos para poder jugarlo. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A horas llenas de tensión para lograr el reto acumulado de tantos y tantos años, jugar unos cuartos de final en una Copa del Mundo , el quinto partido.

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