Cambio de chip en el aeropuerto de la CDMX donde vivo y me tocó hacer escala de regreso de Cancún para ir Los Ángeles. Dejamos la semana de Liga MX y nos metemos de lleno a la cobertura de la Copa de Oro , donde hay mucho en juego, aunque muchos quieran descalificar el torneo.

Y ojo, no quiero exagerar ni vender de más una competencia que evidentemente es de las más pobres del mundo.

México y Estados Unidos se han divido las últimas nueve ediciones y es momento de recuperar la contundencia.

Mandar el mensaje claro de que en realidad este certamen le queda chico a nuestra Selección, de recuperar la cultura del triunfo, ganar y volver a golear a las selecciones con menor infrestructura.

No podemos tener más pretextos para llenarle la canasta a Martinica y a Cuba , de proyectar un estilo y recuperar el poderío, recordando que la justa anterior nos eliminó Jamaica en semifinales.

Este verano no hay doble torneo y las excusas no pueden existir.

Por eso la Copa Oro es fundamental, se juega mucho, aunque la mayoría no lo quiera entender. ¡Bienvenidos, bienvenidos! Al certamen que ya no se puede jugar a medio gas y donde el Martinismo se seguirá puliendo.

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