Los aspirantes principales al título. Si la lógica se presenta en la cancha, tendríamos una cuarta edición de final de Liga entre Cruz Azul y el América.

Lo peculiar de la historia es que, en ambos proyectos, existen dos peculiaridades que no permiten ser tan tajantes en nuestro análisis para asegurar que el Estadio Azteca, con todo y el nuevo pasto de Coapa, será la sede de la gran final a ida y vuelta.

Me explico: nadie puede garantizar el título, doblete en esta ocasión, ni sus propios aficionados, por el trauma que se tiene en los momentos cruciales de una final. Son cinco perdidas desde el último campeonato y, si es contra el gran enemigo, será inevitable la olla de presión y estrés que jugará en el entorno. Es decir, el máximo rival del Cruz Azul en esta Liguilla son sus fantasmas.

Algo similar pasa en el América. Para nadie es un secreto el protagonismo que ha tomado desde hace siete años. El problema radica en la figura del Piojo, hombre de mucha controversia, altamente mediático y siempre en el ojo del huracán. Sus números en los juegos de mucha tensión y que definen series o campeonatos son muy malos.

Es cierto, La Máquina llega fuerte, líder y jugando bien al futbol; las Águilas, con 11 juegos sin perder, sólo dos derrotas en el semestre y con muchos jugadores ofensivos en mejor momento y con gran competencia interna. La dudas pasan por esos pequeños grandes detalles en sus respectivos entornos.

¡Bienvenidos, bienvenidos! A una final cantada, pero con muchas dudas por resolver entre el manejo de Miguel Herrera a la hora buena y los fantasmas del Cruz Azul.

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