La cultura machista coloca a todas las mujeres en un solo lugar.

En ese mundo femenino, creado por la mirada patriarcal , “ellas” (así en plural) son bellas, valerosas, sensibles.

Son “buenas” y, en una de esas, hasta superiores por su entrega. Están destinadas a cumplir roles.

La maternidad es el centro de su definición. Su sexualidad queda enmarcada en ese halo de procreación y cuidados. Lo que no se ajuste a ello, es insumo para agredir a la “prostituta”.

Su sueldo (cuando existe) no se equipara al de los hombres , así tengan la misma preparación. Ganan una quinta parte menos, informa Coneval.

Su voz no se escucha como la de él.

Si la dama no cumple, se le castiga. Si se sale del rol, se le llega a matar.

A mi tocaya, Elisa Zepeda , la dejaron inconsciente hace cuatro años. A su madre la hirieron. A su hermano, que intervino para salvarlas, lo asesinaron. A pesar del dolor, siguió adelante. En enero del 2017 el Tribunal Electoral confirmó como válida la elección donde se le nombró presidenta municipal de Eloxochitlán de Flores Magón, Oaxaca. No faltó quien le echara la culpa de los machetazos que recibió. Por “salir” al espacio público, a la vida política.

Pero, terriblemente, no hay escapatoria.

El lugar más peligroso para niñas, jóvenes, adultas y ancianas no es la calle, es su propio hogar.

En el lecho conyugal pueden ser violadas . En el noviazgo, asesinadas. En la casa, azotadas.

43.9% de las mujeres han sufrido violencia por parte de su actual o última pareja, esposo o novio, de acuerdo al Inegi ( ENDIREH , 2016).

A la visión conservadora le cuesta distinguir entre el Día de la Madre y el de la mujer.

Entiendo que hay felicitaciones y ramos de flores bien intencionados, pero no debemos equivocarnos.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos publicó una infografía que explica por qué el 8 de marzo es una conmemoración (surgida de un crimen y una lucha) y no una celebración. Es un día para reconocer los desequilibrios en la esfera económica, política, social y cultural y a quienes han aportado al cambio.

En sus mensajes del Día Internacional de las Mujeres, Meade apareció en un video con su esposa. Al final José Antonio habló de poner en el centro a “las familias de las mujeres” y cerró con un “felicidades en su día”.

López Obrador

habló en una grabación del sentido de la conmemoración, la desigualdad, la violencia.

Anaya

mandó un tuit diciendo que de su mamá y su abuela aprendió que las mujeres son libres, valientes, comprometidas.

Margarita Zavala

indicó que la nación sigue de pie “por nosotras” y lo acompañó con un video promocional de sus aspiraciones: “llegó el momento de que una gran nación tenga a lado una mujer con valores”, indica el spot.

Uno lo hizo bien.

Los demás, siguen confundidos.

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