Los hoy conocidos como “ OPLEs ”, son los Organismos Públicos Locales Electorales y estas instituciones no nacieron o se crearon en el año de 2014 como muchos creen y otros tantos quieren hacer creer, en ese año después de la reforma constitucional en materia político electoral fue que se les puso el mote de “OPLEs ”; seguramente les resultaba más fácil, que decirles por su nombre, Institutos Electorales.

En ocasiones, la memoria histórica de algunos personajes es breve y las verdades se dispersan en medio de calumnias y manejo de la información claramente con mala intención.

Los Institutos Electorales Locales no son producto de la reforma de 2014 , su historia inició en 1991, primero fue Colima, le siguieron Oaxaca, San Luis Potosí, Baja California, y así, uno a uno se fueron creando estos institutos ciudadanos que desplazaron a las comisiones electorales administradas y manejadas por el poder ejecutivo de cada entidad.

De la mano de la apertura política en México mediante diversas reformas y ya con la organización de las elecciones locales por parte de los Institutos Electorales se empezó a materializar una de las grandes consecuencias de la democracia; la alternancia en el poder.

Como resultado de un largo proceso de reformas y presiones políticas y sociales llegamos a la época del multipartidismo en México , con ello y con los Institutos Electorales Locales fungiendo como árbitros de grandes batallas se ha podido reducir el poder que ostentaban los viejos caciques locales, poder que en términos generales ostentaban desde los tiempos de la revolución.

Y para que no quede solo en dichos y palabras sueltas, van algunos datos; en 1991 solo Baja California no era gobernado por el PRI, diez años después 14 entidades habían decidido por otra opción política. Con los resultados de las elecciones del pasado 2 de junio podemos afirmar que se han concretado 59 cambios de partidos en el poder a nivel de gubernatura en 27 entidades, y solo en 5 no se ha dado aún la alternancia en el poder ejecutivo estatal ( Campeche , Colima , Coahuila , Hidalgo y el Estado de México )

Si bien estos 5 estados no han tenido alternancia a nivel de gubernatura veamos algunos ejemplos de lo que ha sucedido a nivel municipal en estas entidades.

Todos los municipios de Colima han tenido alternancia, hay municipios que en 28 años han sido gobernados por 2 partidos (Minatitlán por el PRI y el PVEM) y otros como Armeria que les han dado la oportunidad a 5 partidos diferentes (PRI, PAN, PRD, PVEM y MORENA).

En el Estado de México 123 de los 125 municipios han tenido alternancia, solo Chimalhuacan y Villa Victoria han sido gobernados únicamente por el PRI, 14 diferentes partidos han ganado por lo menos una elección municipal y en las elecciones de 2018 todos los partidos políticos, incluyendo uno local ganaron en algún municipio.

En Hidalgo , de los 84 municipios, solo 4 (El Arenal, Santiago de Anaya, Tepehuacán de Guerrero y Zempoala) no han experimentado una alternancia en el poder.

Así podríamos analizar cada entidad y nos daríamos cuenta que la evolución y madurez de nuestra democracia va por buen camino, partidos que pierden y luego regresan con el voto de la ciudadanía, partidos que llegan y se quedan y otros, así como llegaron se van; eso es parte de la democracia, la alternancia local llego para quedarse y ser activa.

La certeza para que se den las condiciones y seguir creciendo en democracia y decidir por medio del voto quien nos gobierne, en mucho depende del buen funcionamiento de los OPLEs, pues cada instituto conoce y vive en carne propia las particularidades de cada entidad.

Querer controlar todo desde el centro puede incluso, ser un acto de soberbia y no de soberanía.

Twitter: @dgv1968

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