Y no voy a caer en la especulación de las causas (tan de Morena, pero que ahora copian sus rivales) frente a una tragedia así, cuando apenas inician las investigaciones oficiales y periodísticas.

Pero sí plantear algunas preguntas sobre cómo actuará en la arena político-electoral el presidente Andrés Manuel López Obrador por las consecuencias que ya está acarreando el fallecimiento de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo el coordinador de los senadores del PAN, Rafael Moreno Valle.

No habría mucho que preguntar si no existiera el criticado antecedente de cómo se comportó el presidente de México tras el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre la elección en Puebla: clamó fraude, fustigó la decisión final de los magistrados y anunció que excluiría de sus giras ese estado, donde por cierto viven más de seis millones de sus gobernados.

Y así, a pesar de haber arrasado en las elecciones de julio de este año, fue fiel a su creencia: la democracia no está completa a menos que gane yo. Y no es que no hayan existido irregularidades en la elección poblana, es sólo que no detectó ni denunció ningún problema en lo que hicieron sus operadores políticos para vencer en otras gubernaturas. Pienso en el caso de Chiapas, por ejemplo. Ahí, la operación del gobernador Manuel Velasco a favor de Morena no tuvo ninguna importancia porque ahí ganó Morena. Lo grave fue lo de Puebla, donde perdió. En la cadena democrática el último eslabón es el triunfo lopezobradorista; si no, no hay democracia.

Con eso como contexto, ¿qué hará el presidente López Obrador con la elección a la que habrá de convocarse en Puebla para determinar la gubernatura?

¿Intervendrá a través de la mayoría de Morena en el congreso local para elegir al gobernador interino que convoque a la elección y conduzca el proceso o respetará a quien proponga la coalición que postuló a Martha Erika Alonso? ¿Pondrá de candidato de Morena a Miguel Barbosa, principal vocero del encono personal con la gobernadora fallecida? ¿Cómo se comportará el superdelegado de su gobierno, el bartlettista Rodrigo Abdalá que maneja recursos públicos y programas sociales federales?

¿Va a ir de gira el presidente AMLO a Puebla? ¿Ahora sí porque no están los Moreno Valle? Si va, ¿no estará haciendo campaña a favor de Morena con esas visitas? ¿Fotos, mítines, mensajes, discursos? ¿Hasta dónde se va a meter?¿Va a ser esta elección un referéndum prematuro de su gestión? Considerando lo importante que ha sido en el discurso presidencial la denuncia de fraude en Puebla y el reclamo de la elección a favor de Morena, ¿el resultado de la contienda será una primera evaluación de cómo va el gobierno lopezobradorista? ¿Le cobrarán no conceder el triunfo al rival, el desencanto de esos sectores de la población que le dieron el beneficio de la duda en julio pero luego se asustaron con las primeras decisiones, como lo del aeropuerto?¿O serán otros factores, como los candidatos y el duelo por la muerte de dos figuras políticas estatales?

SACIAMORBOS. Las ventanas del Palacio de Cobián están blindadas como las que recibió en su oficina Claudia Sheinbaum. ¿Retirarán también la protección?

historiasreportero@gmail.com

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