Estimado Juan Pablo:

Durante mi larga vida, he vivido los grandes conflictos entre los gobiernos federales y el sector privado.

Como también he vivido los grandes apoyos que varios gobiernos federales le han dado a los empresarios, sobre todo a los pequeños y medianos.

A lo largo de mi vida he vivido esta pluralidad bastante surrealista.

Me tocó de muy pequeño el enorme apoyo de Miguel Alemán a los empresarios.

Me tocaron las broncas de Luis Echeverría y de José López Portillo en contra de los empresarios.

Viví la nacionalización bancaria del Jolopo y me tocó el asesinato del empresario ejemplar don Eugenio Garza Sada en Monterrey, durante el sexenio de Echeverría.

En fin, mi querido Juan Pablo, me ha tocado vivir de chía y de naranja.

Y cuando pensaba que la relación entre el sector privado y el sector público vivía uno de sus grandes etapas con el gobierno de Peña... ¡ Pum !

En estas elecciones, renace el viejo conflicto entre un candidato y nuestro sector privado.

Ya sabes quién inventó su cuento del aeropuerto como Trump inventó su historia del muro.

Después, ya sabes quién continuó con las difamaciones hacia nosotros los empresarios.

Ya sabes quién, sin tener la más remota idea, decidió que todos nosotros éramos favorecidos de todo lo que el gobierno concesionaba.

Que todos los empresarios, sin excepción, éramos corruptos.

Y que cuando él gane la Presidencia (si es que la gana) nos iba ajustar cuentas.

Primero criticó al ingeniero Slim porque opinó sobre la importancia de terminar el NACM.

Y no solamente lo criticó sin tener la más remota idea, sino que lo difamó diciendo que lo había mandado Salinas de Gortari.

Después de este conflicto, continuó con una guerra abierta contra todos nosotros utilizando a sus “apóstoles”, al “extraordinario y honesto” Poncho Romo para desmentir lo dicho por ya sabes quién y al “psicópata” Paco Ignacio Taibo II para decirnos que nos iban a fusilar en el cerro de las Campanas..

Te doy mi palabra, Juan Pablo, que nunca había visto a un candidato comportarse así, con tanto desprecio hacia nuestro sector.

Al final de esta desagradable historia, finalmente salió el peine…

Resulta que ya sabes quién es un enorme resentido.

Resiente todo y a todos los que no coinciden con su forma de pensar.

Y sobre eso, mi querido amigo, no hay mucho que hacer.

Y siguiendo con este tema, me dio mucho gusto que todos los sectores y asociaciones del sector privado nos hayamos unido y, con una sola voz, rechazáramos sus acusaciones.

Me dio mucho gusto que le hayas recordado que el noventa por ciento de la planta laboral en nuestro país depende de nuestro sector.

Que la gran generación de empleos la creamos nosotros.

Que el gran grueso de estas empresas son pequeñas y medianas.

Independientemente de que todas estas empresas han sido empresas familiares fundadas por honorables emprendedores mexicanos.

Y también se le olvidó que estos honorables mexicanos pagamos nuestros impuestos y ayudamos al crecimiento de nuestro adorado país.

A este candidato se le olvidó que somos, en gran parte gracias a nuestro sector, el país doce del mundo.

Un país que tiene uno de los promedios más bajos de desempleo con un 3.5 %.

En fin, Juan Pablo, gracias por ser nuestro portavoz y gracias por haber logrado que el candidato ya sabes quién haya recapacitado y nos haya pedido una disculpa.

Estoy orgulloso de pertenecer al sector privado.

eluniversal@alazraki.com.mx

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