La matemática simple dice que Aaron Rodgers tardará ocho semanas en recuperarse de su rotura de clavícula. La próxima ocasión que pueda lanzar, muy probablemente se estará festejando Navidad.

De un solo “golpe”, los Packers se despidieron de su aspiraciones de Super Bowl. Y no es que Brett Hundley sea malo, lo que pasa es que el equipo en los últimos 10 años se construyó alrededor de las cualidades de Rodgers y no hay nadie en la NFL que pueda suplirlo.

Tan dramática es la actualidad de Green Bay, que para su próximo partido contra Saints, son desfavorecidos por cinco puntos.

La lesión de Rodgers no sólo la lamentan los Packers sino todos los amantes de la NFL que no verán al mejor quarterback de la actualidad.

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