Muchos quieren llegar a Presidencia. Muchos prometen paz y tranquilidad. Todos necesitan unas cubetadas de realidad. Haga lo que haga y decida lo que decida el equipo ganador, la situación de seguridad va a ser terriblemente adversa durante buena parte del próximo sexenio, pero sobre todo en sus fases iniciales.

Para ilustrar ese problema, van algunos pronósticos educados sobre 2019, el primer año de la próxima administración federal.

—En 2019, entre 25 y 30 mil personas serán asesinadas (si nos va bien). En doce a quince entidades federativas, habrá más de mil víctimas de homicidio.

—Unas tres mil mujeres serán asesinadas en 2019. Una proporción difícil de estimar de esas víctimas morirá por el simple hecho de ser mujer. Dicho de otro, se registrarán varios centenares de feminicidios en el transcurso del año.

—En 2019, se cometerán unos 30 millones de delitos, afectando a unos 25 millones de víctimas. Aproximadamente, uno de cada tres hogares tendrá en su seno a la víctima de algún delito.

—En ese mismo año, se producirán unos 9 a 10 millones de intentos de extorsión. De ese total, más o menos 5% tendrán lugar de manera presencial, cara a cara con la víctima. Eso equivale a medio millón de casos.

—Nueve de cada diez delitos que tengan lugar en 2019 no serán denunciados. Del remanente, no se abrirá investigación alguna en 40% de los casos. Dicho de otro modo, la llamada cifra negra se ubicará aproximadamente en 94%.

—Del 6% de casos en los que se abrirá una carpeta de investigación, habrá una puesta a disposición ante un juez en sólo uno de cada siete expedientes. Puesto de otra manera, la tasa de impunidad para todos los delitos será superior a 99%. Unos 200 mil vehículos (como mínimo) serán robados o desvalijados en 2019. En aproximadamente la tercera parte de esos casos, el robo ocurrirá con violencia.

—Grosso modo, se plantarán en 2019 unas 20 a 30 mil hectáreas de amapola en todo el territorio nacional, suficientes para producir muchas toneladas de heroína (no sabemos cuantas). De ese total, aproximadamente 80% se encontrarán en Guerrero.

—Serán detectadas en 2019 unas seis a ocho mil tomas clandestinas en la red nacional de ductos. Por allí, se desviarán hacia el mercado ilegal miles de millones de litros de gasolina y diesel.

—En 2019, la Policía Federal va a contar con cerca de 38 mil elementos, casi el mismo tamaño que en 2012. Si se hace un esfuerzo monumental, tal vez se pudiesen añadir unos cuatro a cinco mil elementos adicionales en el transcurso del año.

—Cualquiera que sea el desenlace del debate sobre la Ley de Seguridad Interior, seguirán desplegados en 2019 unos 40 mil elementos de las Fuerzas Armadas en tareas de combate al delito.

—Nueve de cada diez policías estatales o municipales seguirán teniendo ingresos mensuales inferiores a 15 mil pesos. Aproximadamente, cuatro de cada diez tendrán que poner dinero de su propio bolsillo para adquirir sus uniformes o sus botas.

—A pesar de la puesta en marcha del nuevo sistema de justicia penal, persistirá en 2019 una sobrepoblación de 10-20% en el sistema penitenciario nacional. En la mayoría de los penales estatales, será visible alguna forma de autogobierno.

Todo lo anterior va a suceder (con algún margen de error), gane quien gane la elección. Esto no significa que la situación no pueda mejorar o que el siguiente gobierno esté condenado al fracaso. Pero sí implica que los cambios que importan son de acción retardada. Poco se va a ver o se va a sentir en el corto plazo.

Entonces, mi sugerencia a aspirantes, suspirantes, precandidatos y candidatos: modulen las expectativas de sus partidarios y no prometan de más.

alejandrohope@outlook.com, @ahope71

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