Muchos de los que hemos transitado, vivido y contribuido activamente a la construcción de la CDMX estamos verdaderamente convencidos de que, con el paso del tiempo, hemos hecho de esta gran urbe una de las más importantes del mundo.

Para quienes conocemos esta ciudad sabemos que está viva, que cambia y se transforma minuto a minuto y, aunque parece evidente, no es la misma de aquella que comenzamos a gobernar hace casi 20 años, cuando por primera vez se llevaron a cabo elecciones de manera libre y democrática.

Año tras año hemos aprendido que nuestro trabajo no termina cuando acaba el día, porque la Ciudad de México nunca duerme y quienes estamos comprometidos con su transformación tampoco podemos hacerlo. Sabemos que al igual que pasa en todo el país, somos vulnerables a la inseguridad, pero que quede claro, nosotros no cerramos los ojos y estamos conscientes de la problemática que vivimos los capitalinos.

Sé que uno de los principales problemas de nuestra nación y de la CDMX es la desigualdad, que se manifiesta en una injusta distribución económica, en la diferencia salarial, en la falta de acceso a la educación, salud, vivienda, servicios y transporte digno. También se expresa cuando una persona pasa hasta 35 días de su vida al año en el transporte público, o cuando se desperdicia más de 40% del agua en fugas, mientras en algunas zonas apenas reciben agua por tandeo.

Es por ello que mi propuesta tiene como principal objetivo reducir las desigualdades con acciones pensadas para una ciudad moderna, con objetivos a tres, seis, diez y veinte años, pero poniendo siempre en el centro a la ciudadanía, con una visión metropolitana.

Mi compromiso es que esta doble visión, humana–metropolitana, sea el eje de todas las obras, políticas y programas públicos, así como de la participación ciudadana.

Desde el gobierno impulsaremos nuevos polos de desarrollo con cuatro nuevas Zonas Económicas Locales; y en las regiones más alejadas, seguiremos llevando todos los servicios, políticas y programas, además de que construiremos una mejor infraestructura.

Crearemos una red de captación, infiltración o tratamiento de agua en todos los espacios o edificios públicos. Diseñaremos parques hídricos, áreas públicas inundables y una red de aprovechamiento de agua de lluvia.

Diseñaremos un programa de sustitución total de la red de agua potable, a un plazo de quince años, con la tecnología necesaria para evitar las fugas.

En cada solución y propuesta siempre habrá inclusión y participación de los ciudadanos, con el fin de impactar a las regiones con mayor pobreza, marginalidad y violencia.

Retomaremos nuestras calles, porque una buena ciudad es aquella en la que todos podemos caminar, en donde todos disfrutemos de los parques o plazas públicas.

En nuestra Ciudad de México el fin no justifica los medios, por ello se gobernará de la mano con la ciudadanía, en una nueva relación de ambas partes, de manera cercana, plural, abierta y transparente. Estoy convencida de que esta izquierda diversa, incluyente y participativa, es la que ha hecho de esta Ciudad punta de lanza en materia de derechos y libertades de todo el país. Es este proyecto, junto con las propuestas de la ciudadanía, la mejor opción que tiene nuestra Ciudad de México para seguir transformándola.

Precandidata del PRD a la jefatura de Gobierno de la CDMX

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