Kyra Galván camina sigilosa por los pasillos, sabe muy bien que lo que planea es una osadía, que se juega su prestigio como poeta, narradora y tallerista. Pero tiene la llave y no le queda más remedio que seguir su voz interna y usarla para abrir ese candado cerrado durante 325 años. Lleva una pregunta a cuestas: ¿por qué, repentinamente, Sor Juana Inés de la Cruz dejó de escribir en 1692?

¿Por qué renunció a sus libros, su pluma y su tinta, si es que llevaba en la cabeza, el corazón y el torrente sanguíneo tantos versos, comedias, cartas, obras de teatro y sonetos listos para trasladarse al papel? Kyra Galván, poeta ella misma, abre el candado de la celda de Sor Juana con la llave de la literatura y de la poesía para buscar en cada rincón de su admirada colega, en su espacio vital y su tiempo, la revelación a ese y otros misterios en torno a lo que en realidad sucedió durante la segunda mitad del siglo XVII novohispano.

Galván tiene la habilidad y el ingenio de un buen detective, pero con las herramientas de la narrativa, una larga trayectoria que incluye siete libros de poesía, tres novelas, obras para niños, experiencia en la traducción, la fotografía y el periodismo. Y con todo eso en el equipaje emprende uno de los viajes imaginarios más creativos que he leído últimamente.

La autora abre la celda jerónima. Como antes abrió todas las páginas que hablan de la Décima Musa, las que escribieron Octavio Paz, Margo Glantz, Elías Trabulse, Fernando Benítez, Sara Poot… Abrió también los archivos de Sevilla y los de la Basílica de Guadalajara en donde encontró un documento en el que se constata que en 1692 la Inquisición le montó un juicio secreto a Sor Juana.

En Los indecibles pecados de Sor Juana (Debolsillo), la autora intercala dos historias: una situada en la actualidad con Laura Ullua como protagonista y otra en el siglo XVII. El enlace entre presente y pasado son 27 manuscritos hallados por la investigadora mexicana en el Archivo General de Indias en Sevilla, donde Sor Isabel María de San José, sobrina de Sor Juana, narra la vida de su tía y sus más íntimos secretos, aquellos que la iglesia católica ha mantenido ocultos y cuya revelación pone en peligro la vida de la joven aspirante a doctorado.

Es, pues, la historia de una mujer del siglo XVII (sor Juana), narrada en voz de otra mujer (sor Isabel), que descubre otra mujer (Laura) y que nos cuenta Kyra Galván en una novela que se lee como un thriller, cargada de erotismo, intrigas y suspenso, que fluye a un ritmo vertiginoso y sin que el lector perciba los andamios que lo sostienen: la exhaustiva investigación y el conocimiento de la autora en torno a la vida y obra de Sor Juana y sus contemporáneos. Los artistas, científicos y monarcas, virreyes y virreinas, jerarcas de la iglesia católica y del Santo Oficio cobran vida alrededor del misterio que guardan una pintura y una serie de papeles ocultos donde habita el gran secreto de la monja jerónima.

Como en el convento de Hildegarda de Bingen, la brillante religiosa, compositora, profeta, médica y escritora alemana del siglo XII; como en el de Santa Teresa de Ávila del siglo XVI o el de Mariana Alcoforado en la novela epistolar Cartas de la monja portuguesa… el claustro donde vive Sor Juana Inés de la Cruz guarda el eco de su sabiduría y su genialidad, pero también el de las pasiones, las complicidades, las luchas internas y los placeres que palpitan en el encierro religioso, así como los romances imaginarios y reales y sus frutos.

Kyra Galván nos invita a entrar en esa celda. Debió advertirnos que, de hacerlo, el lector queda atrapado en el barroco. Y en el deseo irrefrenable de releer Carta a sor Filotea de la Cruz.

(La novela se presenta mañana en la librería Elena Garro a las 7 pm).

adriana.neneka@gmail.com

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