Por Óscar Colorado Nates*

DxO Labs no es una empresa tan conocida como Apple, Samsung o en su momento Kodak. Sin embargo, todos los que usamos una cámara fotográfica digital estmos, de una manera u otra, relacionados con DxO Labs. Además de su software de edición y postproducción, así como las cámaras que ha desarrollado para agregar al iPhone, DxO Labs genera un reporte muy conocido que es DxO Mark y que permite medir, científicamente, el desempeño de una cámara. Se trata de un servicio de referencia para toda la industria y que se ha mantenido relevante y vigente gracias a sus excelentes mediciones de desempeño de cámaras en dispositivos móviles como teléfonos celulares. Por otra parte, del lado de los servicios industriales, DxO Labs ofrece muchas soluciones a la industria fotográfica. Esta parte, quizá menos visible para el público consumidor, es de gran importancia en lo que pueden hacer las cámaras digitales actuales.

La noticia del día es que esta empresa francesa, ubicada en Boulogne-Billancourt, ha iniciado el proceso judicial de bancarrota. Esto afecta directamente a los miles de usuarios de su software y de manera indirecta a millones de usuarios por los servicios que presta DxO Labs a los fabricantes de cámaras digitales en todos sus formatos.

No se han revelado las causas de la bancarrota. La noticia provoca shock porque, en principio, es (o parecía) un negocio aparentemente lucrativo, que lo mismo atiende al sector de consumo que al industrial y lo último que cabría esperarse es que tuviera problemas financieros, sobre todo en el entorno de la fotografía con teléfonos celulares. Tampoco se está viviendo una crisis económica global de las proporciones que se dieron en 2008.

La empresa se ha comunicado con los usuarios para aclarar que no está en proceso de liquidación, pero que sí ha sido intervenida judicialmente y que eventualmente podría ser vendida.

En el fondo esta noticia nos importa porque indica, por una parte, esta tendencia sin freno de un cambio de paradigma profundo en el negocio fotográfico. Las cámaras compactas, como segmento, están desapareciendo. Los fabricantes de celulares se están comiendo viva a la industria fotográfica tradicional. Si pensábamos que el cambio de paradigma fotográfico iba a ser solo en términos de la transición de lo analógico a lo digital, aún queda mucho por decir. Mucho indica que el cambio ahora va de las cámaras tradicionales, como las hemos conocido hasta hoy, a las cámaras con formatos como las GoPro y, desde luego, las de dispositivos móviles, sin mencionar los dispositivos 360º.

La bancarrota de DxO Labs puede indicar dos cosas: o la industria de la fotografía digital está comenzando una crisis (lo cual no parece que ocurra pronto, al menos desde el punto de vista de las cámaras en dispositivos móviles) o simplemente los franceses son malos administradores. No habría que descartar ese punto, pues otras industrias enormes (como Renault, en su momento) también han tenido descalabros mayúsculos.

Esperamos que DxO Labs pueda salir de esta etapa financiera difícil y pueda ser rescatada, porque todos los que hacemos fotografía, aunque no lo sepamos o lo veamos directamente, somos afectados por esta bancarrota.

OC

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Óscar Colorado Nates, editor de es crítico, analista y promotor de la fotografía. Miembro de y fundador de. Doctorando por la Universidad Complutense de Madrid; catedrático de Fotografía Avanzada en la Universidad Panamericana (CDMX).

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