La llegada del primer bebé provoca ilusión y felicidad en una pareja, aunque también conlleva cierta sorpresa y preocupación, las cuales pueden incrementar si es más de un pequeño el que se gesta.

De ser así, los futuros padres deben programar una cita médica para saber con certeza cuántos niños vienen y, así, iniciar el cuidado prenatal adecuado .

Un embarazo múltiple es distinto. Las necesidades durante la gestación y tras el parto serán mucho mayores en comparación con la espera de un solo nene.

¡Prepárate!

Haz una lista de artículos básicos para un pequeño, pero en mayor cantidad.

• Pañales: Un bebé usa de cinco a 10 pañales diarios en los primeros meses. Van de $350 a $1,200, según etapa y marca.

• Toallitas: Hay de $32 a $60.

• Carriola múltiple: Los modelos cuestan entre $2,000 y $9,600.

• Cuna: Una para cada niño. No olvides las cubiertas para colchón, sábanas, fundas para almohadas, cobijas o sacos de dormir para que no representen un riesgo de asfixia. Busca opciones que, con el tiempo, se conviertan en cama. Oscilan entre $3,000 y $9,500; además, considera un colchón de, aproximadamente, $1,500 por cuna.

• Portabebés: Uno sólo lo encuentras a partir de $999.

• Cobijas: Al menos ten tres para cada chiquito. Una sola cuesta unos $400.

• Biberones: Una pieza va de $99 hasta $470, según marca y capacidad.

• Leche: Si lo alimentarás con fórmula, un bote va de $120 a $550, según tamaño.

• Silla para comer: Existen opciones de $200 hasta $1,300.

• Silla para auto: Busca un modelo de 0-3 años. Cuesta entre $2,500 y $7,300.

• Ropa: Cada bebé ocupa pañaleros, pijamas, calcetines, baberos, mamelucos, gorros, guantes, suéteres y zapatos. El costo varía de acuerdo a las marcas y tallas.

¿Por qué son más de uno?

Ocurre por varios factores que, en realidad, no son tan frecuentes. El fisiológico se cumple cuando “al momento de la ovulación, el ovario libera dos óvulos a la vez y cada uno es fecundado por dos espermatozoides diferentes. Esto se conoce como embarazo bicigótico , pues se forman dos embriones diferentes”, comenta el doctor Rodrigo Ayala Yáñez, ginecobstetra del Centro Médico ABC.

Cada uno cuenta con placenta y bolsa amniótica propias. No son idénticos, aunque se parecen, tal como los hermanos de distintos embarazos.

También puede pasar que “un óvulo sea fecundado por un espermatozoide pero, en el proceso de la división celular , hay una alteración que provoca la formación de dos embriones. Éste se llama embarazo monocigótico”.

Los bebés nacidos de esta fecundación (la menos común) poseen la misma información genética y son del mismo sexo.

Otras causas

De acuerdo con Ayala Yáñez, la probabilidad de un embarazo múltiple aumenta entre más años tiene la mujer, si hay casos en la familia y por el uso de técnicas de reproducción asistida (fecundación in vitro o estimulación ovárica).

Una experiencia singular 

El caso de Eunice Angélica Rodríguez, hoy de 44 años, fue muy diferente a la de las mujeres que gestan un solo bebé. La noticia de que serían gemelos le llegó de sorpresa, “fue a los cuatro meses cuando me enteré. Tenía 27 años de edad y era mi primer embarazo.

“Sentí mucho miedo. No imaginaba cómo cuidar y criar a dos niños; además, en ese momento, no me sentía emocionalmente bien”, relata.

El futuro le aterraba: “no sabía cómo íbamos a mantenerlos y me preocupaba mucho su salud”. Para colmo, durante la gestación, Eunice sufrió anemia, “me sentía constantemente cansada” y se angustiaba al pensar que, si ella no estaba sana, sus pequeños podrían nacer enfermos.

Cada mes acudía a sus consultas con el médico, quien le recomendó comer alimentos ricos en hierro y tomar vitaminas para mejorar su estado de salud. Sin embargo, fue un embarazo muy difícil.

“Los primeros meses fueron muy pesados, me desmayaba con frecuencia y durante ocho meses tuve vómito”, dice.

Pese a las complicaciones, sus bebés (niño y niña) nacieron sanos y ella solo aumentó 15 kilos. Eso la ayudó a no padecer problemas como preeclampsia, sobre todo en el momento de la cesárea.

Los riesgos

El desgaste físico de la mamá a lo largo del embarazo es significativo, más si se trata de uno múltiple, pues implica “mayor gasto cardiaco, uso de glucosa y carbohidratos, así como de otros nutrientes.

“Incrementa la secreción de la hormona lactógeno placentario (producida por la placenta y relacionada con la diabetes gestacional). Por eso, existe mayor riesgo de que la gestante desarrolle dicha enfermedad”, advierte el doctor Ayala.

Las mujeres con embarazos múltiples “pueden desarrollar con facilidad anemia, edema de miembros inferiores, abortos espontáneos y partos prematuros.

“Éste es un gran problema en embarazos gemelares; son raros los que llegan a término (40 semanas). Usualmente, el parto sucede mucho antes y los bebés nacen con riesgo de tener problemas de salud”, recalca el ginecobstetra.

¿Una o dos placentas?

Expone que, entre más dividida esté la gestación, hay más ventajas y menos complicaciones.

El peligro de que compartan la estructura placentaria es que se pueden producir conexiones entre los vasos sanguíneos de los gemelos y se desarrolle el síndrome de transfusión feto-fetal.

En esta situación, uno de los fetos no recibe sangre suficiente ni crece lo necesario, apenas orina y poco a poco se queda sin líquido amniótico, por lo que puede morir por falta de oxígeno (hipoxia).

En cambio, el otro recibe demasiada sangre y crece de manera anormal; al tratar de reducir el volumen de sangre, orina demasiado y esto genera una mayor cantidad de líquido amniótico. Como consecuencia del sobreesfuerzo, es posible que aparezca un problema en su corazón.

Otras adversidades que llegan a enfrentar los gemelos monocoriales con una sola placenta son: cordones umbilicales enredados, compresión del cordón, nacimiento por cesárea y nacimiento prematuro.

En lo emocional

Aparte de las tensiones físicas que generan el cansancio, las náuseas y la forma adquirida por el cuerpo, es posible que la mujer se sienta ansiosa por las finanzas o por la salud de sus hijos.

“Lo primero es aplicar una estrategia para calmar la ansiedad producida por tal impacto, como la práctica de ejercicios de relajación, de respiración y tener presente que es posible ‘estar bien y aprender’ de esta nueva experiencia”, asegura Alma Martínez Vivanco, psicóloga educativa y maestra en Psicología Clínica Infantil.

Si se prolonga la ansiedad y depresión, recomienda recurrir a un orientador o psicólogo y, por supuesto, “el papel del ginecólogo es clave en la parte de brindar información acerca del proceso del embarazo; que le trasmita a la madre la confianza necesaria de que tanto ella como sus bebés estarán bien”.

Sé paciente

Por otro lado, Ayala lamenta que “las generaciones actuales no cuentan con la paciencia de buscar un embarazo de manera natural. Por eso, acuden a clínicas de reproducción asistida que abundan en México.

“Urge una legislación que controle esta situación, para que solo las pacientes con diagnóstico de infertilidad busquen el apoyo de estas técnicas y no mujeres que sí pueden embarazarse”, enfatiza.

jpe

Google News

Noticias según tus intereses