En la vacunación, una cierta subpoblación de células dendríticas es vital para desencadenar el sistema inmune adaptativo del cuerpo, según informan investigadores del Laboratorio Jackson (JAX), la Universidad de Yale , en Estados Unidos, y Astra-Zeneca. Sus hallazgos tienen implicaciones importantes para la administración de vacunas , ya que el método habitual, la inyección intramuscular , probablemente no sea la forma más efectiva de dirigirse a esas células dendríticas .

Las vacunas entrenan al sistema inmune para combatir un patógeno concreto (por ejemplo, bacterias o virus), conocido generalmente como un antígeno, al simular una infección natural. Cuando se detecta un antígeno, una célula dendrítica , que tiene el trabajo de procesar y transportar antígenos, lo lleva a un ganglio linfático. Allí "presenta" el antígeno a una célula T especializada, conocida como célula T folicular auxiliar (Tfh), activándola. A través de la señalización, las células Tfh estimulan las células B, que a su vez producen anticuerpos específicos para el antígeno.

Entonces, para que una vacuna funcione de la mejor manera posible, debe administrarse donde sea más accesible para las células dendríticas. Sin embargo, hay muchos tipos diferentes de células dendríticas y no se distribuyen uniformemente por todo el cuerpo.

En un artículo publicado en Science Immunology , el equipo, dirigido por los coautores principales el profesor asistente de JAX Adam Williams, y Stephanie Eisenbarth, de la Universidad de Yale, demostraron que las células dendríticas conocidas como cDC2 son tanto necesarias como suficientes para la inducción robusta de células Tfh. Al trabajar con ratones que carecen de una proteína necesaria para la movilidad de cDC2, el equipo demostró que las células Tfh no se indujeron y los anticuerpos no se produjeron tras la vacunación, incluso en presencia de otras células dendríticas funcionales.

INYECCIONES INTRADÉRMICAS, MÁS EFICACES PARA PRODUCIR ANTÍGENOS

Los autores usaron inhalantes para su investigación y mostraron que múltiples tipos de DC tienen acceso a los antígenos a través de este método de administración. En particular, las cDC2 suministran antígenos inhalados a los nódulos linfáticos que drenan los pulmones, y allí inducen una potente respuesta de Tfh.

Por el contrario, el método habitual de vacunación mediante inyección intramuscular libera antígenos en donde las cDC2 son relativamente escasas. Con base en datos epidemiológicos más antiguos y un repertorio similar de cDC2 en la capa superficial de la piel, los investigadores especulan que las inyecciones intradérmicas pueden ser mucho más eficientes para impulsar la producción de anticuerpos.

Además, un suministro más eficiente de las vacunas podría significar que se podrían administrar dosis más pequeñas, lo que aumentaría el número de personas que podrían vacunarse durante una pandemia o cuando una vacuna dada es escasa. Williams señala que el trabajo también subrayó la importancia de utilizar un sistema modelo animal en lugar de líneas celulares in vitro.

"No solo se concentran los tipos de células dendríticas en diferentes áreas del cuerpo, también migran a áreas especializadas dentro del ganglio linfático. Este aspecto fundamental de la arquitectura inmune se pierde in vitro --explica Williams--. Tener modelos de ratón en los que se deshabilitaron o eliminaron células dendríticas específicas fue esencial para este trabajo".

jpe

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