¿Sabías que el primer sentido en desarrollarse cuando eres feto es el oído, y cuando una persona muere, la última parte del cuerpo que deja de funcionar, es precisamente éste? Dos curiosidades para valorar que aún escuchamos.

Sin embargo, podemos perder este privilegio a través de la contaminación que provoca el ruido .

“El daño que causa no es visible en el medio ambiente al cesar la fuente que lo origina, pero sí afecta a la audición, cuando son niveles muy elevados durante periodos constantes. Ahora, si esta contaminación es generada por los vecinos o un negocio cercano , entonces surge el estrés y algunos problemas psicológicos”, explica Daniel Salomón, director ejecutivo de Comaudi Industrial .

Comenta que en la Ciudad de México, uno de los grandes contaminantes por medio del ruido es la construcción. Lamentablemente existen obras que llegan a durar años en ser concluidas, donde sus responsables toman medidas mínimas, o incluso ni las toman, para evitar que los lugareños de alrededor salgan afectados.

Asimismo señala al sector industrial en general, uno de los que más desarrollan este conflicto ecológico que afecta a sus trabajadores, quienes principalmente registran sordera, entre otros daños fisiológicos como en el aparato circulatorio, digestivo y, a nivel psicológico, causa estrés, insomnio, incluso repercusiones en su vida sexual .

“En todo el mundo hay siete tipos de industrias de la transformación que son ruidosas por el sistema productivo en sí. En el caso de México, hay menos avances en cuanto a reducir o controlar la contaminación sonora que generan las fuentes, en comparación a países como Suiza o Dinamarca, donde existe la consigna para evitar que las máquinas ruidosas afecten la salud de sus trabajadores”, subraya.

A prevenir antes que lamentar

Curiosamente, la contaminación acústica está reportada en el mundo como una enfermedad laboral y, a este grado, es una de la más persistentes en nuestro país. Dentro de este campo, durante 2015, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) registró en su estudio Memorias Estadísticas, mil 790 casos de hipoacusia o pérdida gradual de la capacidad auditiva , lo cual representó 14.9% del total de las patologías contabilizadas en dicho año.

El especialista agrega que en México actualmente existen más de cinco millones de trabajadores expuestos a niveles peligrosos de ruido, que de acuerdo a una norma publicada por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social , se exige no exponer a los empleados a más de 85 decibeles.

“Realmente la solución a la contaminación sonora , como también se le conoce, es atacar al ruido desde su fuente, es decir, buscar que las máquinas tengan el mantenimiento preventivo y correctivo para que no hagan ruido excesivo, o bien, protegerlas con cabinas o casetas acústicas. Otra solución son los tratamientos acústicos en paredes y plafones para evitar que el rebote del sonido se amplifique y sea un problema mayor”, explica.

Una recomendación para los trabajadores es exigir a sus empresas que se les proporcione, por lo menos, protección auditiva. Hay que recordar que la misma ley obliga a los patrones a otorgar seguridad y beneficio para la salud de sus subordinados, claro que también es importante que el mismo trabajador sea consciente de esta necesidad y hacerse responsable de su propio cuidado.

“Existen medidas administrativas, que evitan que una persona esté las ocho horas de una jornada, dentro de la zona ruidosa, se puede rotar a la gente, cambiarlas de área de trabajo para que no estén en un mismo punto todo el día. Ahora que si no se puede, el mismo empleado debe tomar sus respectivas precauciones, no deben caer en la famosa frase: ‘ yo soy muy valiente y no me pasa nada’, recuerden que con el tiempo se pueden quedar sordos”, finaliza Daniel Salomón.

jpe

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